Con el estallido del movimiento social y ciudadano del pasado 15 de mayo, se abrió una nueva etapa en el protagonismo y la participación política de los vecinos de Zaragoza. El trayecto que han seguido esas propuestas del 15-M desembocó en los barrios de la ciudad. Fruto de esta corriente, el 3 de noviembre, las asociaciones de vecinos de La Paz, Venecia y Torrero decidieron plantar y no acudir al pleno constituyente de la Junta de Distrito, en señal de desacuerdo por el actual Reglamento de Participación Ciudadana, al considerarlo "poco representativo". Ahora son las asociaciones de los distritos las que desmenuzan la legislación vigente.

DESCENTRALIZACIÓN

La principal institución vecinal de la capital aragonesa, la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), pidió agotar y exprimir el contenido del reglamento. "Tenemos una legislación con unos poderes relativamente amplios e incluso el ayuntamiento ha ampliado sus transferencias", anunció Félix Moreno, presidente de la FABZ. Sin embargo, Moreno también reclamó que estas atribuciones nunca se han usado.

"Las actividades culturales, deportivas, sociales, educativas y de ocio tendrían que ser competencia exclusiva de las juntas de distrito", explicó. Dentro de estas facultades se encontraría el diseño y la elaboración de los programas, pero también "la ejecución y el control de las partidas presupuestarias", recalcó Moreno, quien no entiende cómo se permite que la programación de un centro cívico de barrio la hagan los servicios municipales y no la decidan sus vecinos.

INFORMACIÓN

Otra competencia que el reglamento recoge y la FABZ ve imprescindible aplicar, concierne a la labor de información de los distritos. "Las juntas tienen potestad para emitir informes sobre los expedientes que afecten al barrio", explicó el presidente. Sin embargo, la realidad es muy distinta y arroja, según Moreno, una falta de compromiso participativo por parte de algunas áreas del consistorio. "Los barrios no reciben los informes previos a la realización de un proyecto urbanístico o a la instalación de, por ejemplo, una gasolinera o un vertedero", reclamó. Por ello, instó al Ayuntamiento de Zaragoza a informar sobre estas actividades para que las juntas puedan elaborar informes y se coteje la opinión de los vecinos. "Aunque no sean estudios vinculantes, al menos así se conoce el sentir del barrio antes de autorizar nada", agregó.

VOTACIÓN DIRECTA

Es una de las principales reivindicaciones de las asociaciones y una antigua demanda. "A los vecinos no les gusta que los partidos políticos les impongan un concejal o unos vocales fruto de acuerdos políticos", explicó Moreno. Si se hace un repaso por algunas de los colectivos vecinales de la ciudad esta petición también la recogen. "Sería buena una elección directa para evitar las mayorías", indicaron desde la Asociación de Vecinos Puerta del Carmen. La misma opinión comparten desde el distrito Universidad, aunque piensan que "es una entelequia". Otros colectivos se muestran más directos, como la Asociación de Vecinos de Oliver: "No nos vemos representados por los vocales porque en muchos casos ni siquiera viven en los distritos". El no conocer la realidad del barrio y no estar en contacto directo con él son los principales argumentos que esgrimen las entidades, que demandan "un sistema más democrático porque redundaría en una mayor implicación vecinal", indicaron desde San José.

DEMOCRACIA

Otra propuesta que surgió de la Asociación de Vecinos del Arrabal aumentaría la capacidad de decisión que tienen los ciudadanos. "Hasta el momento la participación es suficiente, pero no se refleja en una extensión para decidir asuntos", indicaron. Para superar esta enorme diferencia que existe entre un vocal y un representante vecinal, el primero tiene voz y voto, el segundo carece de lo último, desde el Arrabal creen en la posibilidad de crear un voto conjunto. "Un representante por asociación tendría que tener voto en todos los temas a debatir", explicaron. Por otro lado, la Asociación de Vecinos Arco Iris del distrito Universidad era escéptica con la posibilidad de cambiar la democracia representativa por una participativa, aunque "siempre seríamos partidarios de la segunda". Sin embargo, desde la Almozara se puso en entredicho la necesidad de que los vecinos tuvieran voto, "siempre y cuando todas las iniciativas ya se tuvieran en cuenta". Y desde el barrio Oliver se reclamó una modificación del reglamento para dar cabida a esta petición porque "si las entidades no tienen voto, la opinión no cuenta".

PARTICIPACIÓN

Las amplias competencias que tiene el actual reglamento provoca que su interpretación varíe dependiendo del concejal que preside la junta. Por ejemplo, hasta ahora en Torrero las asociaciones solo podían participar al final de los plenos en el apartado de ruegos y preguntas. Esta fue una de las razones principales por las que se iniciaron las protestas. Sin embargo, en los distritos de Universidad o el Arrabal, el representante de las entidades actúa como un miembro más. "Nos sentamos en la misma mesa e intervenimos en cualquier momento sobre cualquier tema", indicaron desde Arco Iris. En este asunto, la FABZ se mostró especialmente indignada al entender que el grado de participación de los vecinos no depende de la voluntad del presidente. "Las asociaciones son miembros de la junta, al igual que los vocales, y tienen que estar en la misma mesa que los políticos". Además, Moreno añadió que cualquier persona que no forme parte de la junta puede intervenir en un punto del día que le afecte indicándolo previamente.

REFLEXIÓN

Para la FABZ es necesario comenzar con una reflexión inmediata en torno al reglamento para "exprimir al máximo las competencias existentes", además de evaluar las posibilidades de cambio.