A bofetadas, insultos y empujones, y con la Guardia Civil interviniendo para que la tensión entre una parte de los más de 200 crispados vecinos que asistieron ayer al pleno de La Muela derivara en una multitudinaria riña tumultuaria. Así terminó la reunión en la que, tras un tenso pleno con constantes intervenciones del público, la economista Isabel Cortés diseccionó la acuciante situación económica del consistorio: seis millones de déficit acumulado en el ejercicio del 2010 entre el ayuntamiento y las sociedades Urbanística y Cultural y una deuda acumulada de 24 millones con bancos, proveedores y administraciones públicas.

"Tardaremos doce años en recuperar la normalidad" si el consistorio logra sacar adelante su plan de viabilidad, cuyas líneas básicas expuso Cortés: negociar con los bancos un periodo de carencia de intereses de dos años y aplazar diez años la devolución de los créditos --en un acuerdo en el que la plaza de toros local sería la prenda de garantía--, además de solicitar una póliza para pagar los tres millones que las tres entidades adeudan a Hacienda y la Seguridad Social. El ayuntamiento no podrá acceder a subvenciones públicas mientras no salde ese descubierto.

DEMANDAS Aunque esos planes también tienen elementos en contra, caso de las dos demandas por valor de siete millones de euros cada una que han interpuesto dos constructoras. "Vamos a vivir en la más absoluta austeridad", dijo la economista.

La exposición de Cortés, subida al estrado y ayudada por una pizarra en la que iba exponiendo las cifras, incluyó varias intervenciones de vecinos: en unos casos, para formular preguntas sobre la situación económica del consistorio; en otras, para lanzar alegatos y soltar estridencias en favor o en contra del actual equipo de gobierno o del anterior, el liderado por Mariví Pinilla, en libertad bajo fianza en la Operación Molinos. Esa tensión fue en progresivo aumento hasta que, tras explicar Cortés que el ayuntamiento no ingresaba nada por las ventas de suelo de la Sociedad Urbanística, derivó en varios episodios de empujones, bofetadas e insultos entre muelanos que varias patrullas de la Guardia Civil presentes en la abarrotada sala --más de 200 personas entre el público-- lograron abortar.

Tras este acto, la alcaldesa, Marisol Aured, explicó a los trabajadores de la Sociedad Cultural, en una reunión a puerta cerrada, sus planteamientos acerca de esa económicamente inviable entidad, que comienzan con un ERE que extinguirá 63 de los algo más de 70 contratos de la plantilla.