Los barrios que atravesará la futura línea del tranvía han comprobado con alegría cómo el proyecto ya está prácticamente lanzado al tiempo que manifiestan una clara "preocupación" por cómo será la planificación de las obras con el fin de minimizar las afecciones a los vecinos residentes y comerciantes de todas las vías. Pero más que eso les preocupa saber si el Ayuntamiento de Zaragoza tiene pensado consensuar con ellos, a través de las asociaciones vecinales y juntas de distrito, las posibles afecciones que pueden ocasionar las obras o cortes temporales de tráfico a su día a día, al margen del perjuicio en forma de atascos, cortes provisionales de agua o el ruido, entre otros, con el que ya cuentan de antemano.

La Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), que siempre ha apoyado de forma manifiesta la implantación del tranvía, reconoce la inquietud latente. Y por eso pide "anticipación" al consistorio. "Queremos que las obras avancen con la mayor rapidez posible pero sobre todo minimizar al máximo las afecciones. Y lo mejor es consensuar con las asociaciones y la FABZ cuáles son los problemas que consideramos que se pueden ocasionar, colaborando con los técnicos municipales como se ha hecho en otras ocasiones", explicó el presidente de FABZ, Miguel Ángel Mallén.

Estos problemas les preocupa incluso más que la finalización del total de la línea en el plazo previsto, para el 2013 en su segunda fase. "La apuesta que ha hecho Zaragoza es seria, tanto el ayuntamiento como la DGA, y sería muy difícil para ellos justificar un retraso después de someter a la ciudad a obras. No les conviene tensar la paciencia ciudadana", comentó Mallén.

Ahora, los que más se pronuncian son los barrios incluidos en la primera fase, que alcanza hasta Gran Vía. Valdespartera, Casablanca, Romareda o Universidad muestran sus planteamientos, con problemáticas muy concretas y diferentes, pensando en que el inicio de los trabajos está muy próximo (en agosto, según las previsiones).

LA ESTACIÓN DE GOYA No obstante, todas sus preocupaciones podrían agruparse y resumirse en los problemas de movilidad, la incógnita de saber si la estación de cercanías de Goya estará a tiempo para no abrir dos veces la avenida, la falta de definición del cronograma de obras y la necesidad de incluir una vía ciclista segura junto a la plataforma. Al margen de cuestiones menores o particulares, estos son, a su juicio, "los temas a tratar".

La problemática con Goya tiene una fácil lectura para los vecinos: "Las obras del tranvía no tienen que detenerse si no está terminada la estación del cercanías, aunque el Estado debería tener en cuenta las consecuencias de que sucediera esto y evitarlo avanzando la financiación para acometer, como mínimo, la obra civil y así no tener que levantar dos veces este entronque de grandes vías". Así lo expresó Manuel Ortiz, presidente de la Unión Vecinal Cesaragusta.

En barrios como Valdespartera, la mayor preocupación son los retrasos. "Está claro que es el impulso definitivo para acercar el barrio a la ciudad. Además, será un revulsivo para dinamizar la zona", añadió Mallén.