--Acaba de ser elegido nuevo decano de la Facultad de Ciencias. ¿Qué le llevó a presentarse al cargo?

--Mi experiencia como coordinador del grado en Química y posteriormente como vicedecano me ha enseñado el estímulo que supone sacar proyectos académicos adelante y colaborar con gente comprometida con la universidad. El desafío es contribuir a que el desarrollo de la facultad sea mucho más atractivo, incluso en momentos complicados.

--¿Qué retos se plantea?

--Fundamentalmente dos. El primero, consolidar nuestra oferta docente. En los últimos años se han implantado las titulaciones de grado y máster adaptadas al espacio europeo de educación superior y se ha hecho un gran esfuerzo en este proceso, pero hay que seguir avanzando. Hay que buscar la oferta más atractiva para nuestros estudiantes. En segundo lugar, mantener a la Facultad de Ciencias como un centro de referencia en ciencia y tecnología. El prestigio actual es fruto del trabajo de muchos años y hay que seguir proyectando nuestras actividades divulgativas e investigadoras.

--¿Cuál es la situación de la facultad en cuanto a alumnos y títulos? ¿Han crecido o decrecido con la crisis y los recortes?

--En lo que se refiere a títulos, la incorporación de los grados hizo variar la oferta clásica de la facultad con la incorporación de Biotecnología, si bien existía un segundo ciclo de Bioquímica. En el caso del nuevo grado en Óptica y Optometría, se contaba con la corta experiencia de la anterior diplomatura. A esto hay que sumar una variedad de títulos de máster. Por lo que se refiere a alumnos, hemos sufrido un descenso con respecto a la situación de finales del siglo XX. Este descenso ha sido progresivo, pero no agravado por la crisis. De hecho, se ha estabilizado o incrementado el número de nuevos alumnos estos últimos años.

--¿Las carreras de letras siguen teniendo más demanda?

--No me gusta la división de letras y ciencias, pero es cierto que en comparación con la demanda que hay en determinadas titulaciones de ciencias de la salud o de ciencias sociales y jurídicas, la demanda registrada en nuestras titulaciones se puede percibir como menor. Sin embargo, en Biotecnología es muy alta y, salvo en Geología, en el resto se cubren las plazas ofertadas de grado, incluida Química que tiene una mayor oferta.

--En Ciencias, la práctica y la investigación es fundamental. ¿Hay falta de material o premisas de ahorro en los laboratorios de la Universidad de Zaragoza?

--Hasta la fecha estamos atendiendo nuestras titulaciones con los recursos ya disponibles en las anteriores licenciaturas o diplomaturas. Con estos, el profesorado se esfuerza en mantener el máximo nivel formativo. Nuestra aspiración siempre es mejorar nuestros medios, máxime en este proceso de adaptación al espacio europeo, y es cierto que el progresivo y lógico deterioro de varios equipamientos es una grave amenaza cuando la situación económica es tan complicada.

--¿Qué le parece la falta de financiación que atraviesa el campus aragonés?

--Si la realidad inmediata de nuestra institución es ya de por sí bastante complicada, es el medio o largo plazo, nuestro futuro, lo más preocupante. Conviene que ambas administraciones (universidad y Gobierno de Aragón), que al final representan a nuestra sociedad, alcancen acuerdos que aseguren la viabilidad y proyección de la Universidad de Zaragoza, así como el papel que debe jugar en desarrollo de nuestra comunidad.

--El edificio de Ciencias ha presentado goteras en varias ocasiones. ¿Requieren ayudas?

--Hay necesidades de nuestras instalaciones que ya han sido reclamadas previamente. En este caso particular, con las ayudas adecuadas se evitarían estos problemas, que han afectado a determinadas aulas del edificio antiguo de nuestra facultad.

--¿Cómo se motiva a unos alumnos que se quieren dedicar a la investigación cuando, a nivel laboral, muchos están saliendo fuera del país?

--La investigación tiene un importante componente vocacional. Cuando te gusta la Ciencia y disfrutas con los retos que te plantea tu trabajo, la motivación viene sola. El problema es evitar que cunda el desánimo cuando disminuye el apoyo a la investigación e innovación; cuando no hay renovación en los grupos de investigación o en los departamentos; o cuando gente muy brillante, en la que se ha invertido mucho previamente, acaba desarrollando la parte más fructífera de su carrera en otros países porque las opciones son mínimas en el nuestro.

--Se dice que la ciencia española ha retrocedido a situaciones de hace una década.

--No sabría cuantificar el retroceso que ha supuesto la menor financiación durante este periodo de crisis, pero está claro que los recursos no son los mismos, ni materiales, ni humanos. Y eso tiene sus consecuencias. La formación de un equipo investigador requiere un largo proceso, sin embargo, su disolución es cuestión de pocos años.

--¿Hace falta más financiación para investigación? ¿Hacen falta más químicos?

--Sí, por todo lo que estamos hablando de la crisis, pero lo que hace falta es un total convencimiento a todos los niveles de que la investigación, la innovación, la transferencia de tecnología y conocimiento son motores de desarrollo económico y social. Sobre la presencia de más químicos, no es preciso aumentar número de plazas o de facultades, pero es obvio que seguirán haciendo falta químicos y científicos en general en las sociedades europeas. La industria química es muy potente y la versatilidad de la formación química hace que se pueda trabajar en muy diversos sectores, a veces aparentemente poco relacionados con lo que es el núcleo de su formación.