La proliferación del comercio en internet es caldo de cultivo de todo tipo de estafas, que como las que se dan fuera del mundo virtual se aprovechan a menudo de la situación desesperada de las víctimas. Es el caso de un vecino de un municipio de Zaragoza, que por buscar un desahogo económico se ha visto aún más arruinado y además, denunciado. El presunto responsable, Franciso I. M., es un vecino de la localidad jienense de Alcalá la Real al que le constan al menos una veintena de denuncias por hechos similares a los que ha denunciado el aragonés, Armando (nombre supuesto). «Incontables, según fuentes de la Guardia Civil jienense.

AFECTADOS

Al abogado de Armando, el sevillano Alberto Rojas, le constan al menos cinco similares en varias provincias, porque son todos clientes suyos. Y ha podido confirmar una docena más por otros colegas de la zona.

En el caso de Armando, fruto de una deuda anterior, su nombre acabó en el fichero de morosos por 85 euros de teléfono. En esa tesitura se vio en trance de embargo.

Fue entonces cuando a través de Milanuncios contactó con Francisco I. M., quien le propuso una forma de financiación, según él, perfectamente legal. Consistía en comprar un coche en un concesionario sevillano -a cuyo jefe también han pedido imputar-, de 18.000 euros, a cambio de una comisión de 1.500. El coche nunca llegaba a salir del concesionario, pues lo recompraba la propia empresa, y la financiación recibida era devuelta a plazos.

Armando dio sus datos para tramitar el crédito, aunque nunca llegó a firmar nada, de ahí que también denunciase por falsedad documental. El dinero no llegaba, y, nervioso, contactó con el intermediario, que le entregó hasta 6.000 euros de su propio bolsillo, como adelanto. «La verdad es que me dio confianza», explica Armando.

Sin embargo, el dinero de la financiera no le fue transferido. Y, de un coche que se suponía que nunca había salido del local, comenzaron a llegarle multas, de España y el extranjero (sospechan que está en Rumanía).

Esta mecánica es similar en todas las denuncias, pero «en mi caso fue peor, porque involucré a otras dos personas», lamenta. En la época en que le parecía un buen sistema de financiación alternativa, puso en contacto a dos conocidos con Francisco I. M., entonces creía que «por ayudar». Él mismo ha acabado denunciado por la financiera por no devolver un dinero que no recibió, aunque confía en que lo sobresean.

El juez envió el asunto a juicio, pero el fiscal, antes de acusar, ha pedido información de las múltiples causas que acumula el acusado, que ya estuvo involucrado hace diez años en otra macroestafa con vehículos. La acusación mantiene que debería ir a la Audiencia Nacional. El miércoles, Franciso I. M. fue detenido por otra requisitoria judicial.