El interés por conocer a su padre movió a Mariana (nombre ficticio para proteger la identidad de la víctima) a pedir a su madre que le presentara a su padre, con el que no tenía contacto. Coincidiendo que ambos se habían trasladado a España desde Ecuador, por motivos de trabajo, la mujer accedió a ello. Ninguna de las dos iba a imaginar que, según denunciaron, Óscar Efren Y. A., el progenitor de la niña de 13 años, iba a violarla en repetidas ocasiones. La menor, por miedo, se mantuvo en silencio hasta que dijo basta.

El encausado, que proximamente será juzgado en la Audiencia Provincial de Zaragoza, se enfrenta a penas que van entre los 8 y los 10 años de cárcel que solicita la Fiscalía y la tutora legal de la niña, respectivamente. Ambas acusaciones coinciden en que las agresiones sexuales fueron repetidas y que se alargaron en el tiempo.

HACE 5 AÑOS

Todo comenzó, presuntamente, en agosto del 2012 cuando el encausado fue a recoger a Mariana a Logroño, ciudad en la que vivía junto a su madre. Cuando llegaron a casa, el encausado comenzó a decirle que era «muy guapa, que le recordaba a su madre, que la quería pero no como una hija». A pesar de ello, esa noche durmieron separados. Fue al tercer día cuando Óscar Efren Y. A., al parecer, le besó y le hizo tocamientos hasta que consiguió penetrarla sin preservativo.

Una situación que volvió a ocurrir en dos ocasiones más, llegando a insinuarle a su hija que fuera su amante, según las acusaciones.

En una de las ocasiones, tal y como relató la menor durante la denuncia, el encausado se metió en su cama y comenzó a hablarle en situación cariñosa, mientras le realizaba tocamientos.

Ella se echó a llorar y le pidió que lo dejara, pero no gritó por miedo a despertar a la pareja del encausado. Esto fue el desencadenante para que la joven pidiera a su madre adelantar la vuelta. La niña reveló los hechos en el 2014, y presenta un cuadro depresivo presuntamente derivado de los abusos.