El tiempo inestable y las predicciones meteorológicas erróneas o exageradas han impedido que la campaña de deportes de invierno que acaba de concluir haya marcado un nuevo récord de afluencia a las pistas de esquí del Pirineo. Así lo piensan los hoteleros cuyos establecimientos se encuentran situados junto a las estaciones de los valles pirenaicos y que han acusado una menor tasa de ocupación como consecuencia del descenso de aficionados.

Con todo, fuentes del sector turístico del Pirineo subrayaron que la actividad creció un 5% con respecto al año pasado debido a la afluencia de otro tipo de clientela no vinculada directamente a la práctica del esquí, en especial en Semana Santa, Navidad y otros puentes importantes.

Aramón señaló el pasado domingo que la pasada campaña se han superado los 1,2 millones de esquiadores, una cifra calificada como «buena» por los responsables del grupo y que no tiene en cuenta la afluencia registrada en estaciones como Candanchú y Astún, que no clausurará sus pistas hasta mediados de abril.

«El mal tiempo continuado, sobre todo durante los fines de semana de marzo, ha hecho que la temporada se resienta», admitió ayer Paco Coduras, que regenta el hotel Villa de Canfranc, en el valle del Aragón. Coduras aporta datos para demostrar que la meteorología cambiante ha sido la causa principal del problema. «De los 16 fines de semana de la campaña, 10 han sido de mal tiempo, es decir un 60%», señala. Eso explica que su establecimiento solo estuviera al completo un fin de semana en febrero, «cuando el lleno total hubiera estaba potencialmente asegurado si no hubiera fallado el tiempo».

Claro que las nevadas caídas en fin de semana no explican por sí solas el fenómeno. «También se ha dejado sentir, a veces, el efecto de las previsiones exageradas que dan algunos medios», afirma.

En el hotel Abba Formigal también se atribuye al tiempo revuelto que sus instalaciones no se llenaran más que un solo fin de semana en febrero. «La temporada que acaba ha sido bastante buena, más que aceptable, pero podría haber sido extraordinaria si las previsiones meteorológicas hubieran sido más halagüeñas», opina Tomás Chéliz, director del establecimiento. En su opinión, Formigal se ha visto afectado por «unas predicciones que en algunos casos no acertaban en lo que respecta al valle de Tena».

José María Ciria, presidente de la Asociación Turística Valle de Benasque, subraya que, «pese a las anulaciones, la temporada ha sido bastante buena», hasta el punto de que él «firmaría para que fueran todas así». Ciria recomienda a los aficionados al esquí que busquen las mejores aplicaciones para informarse sobre el tiempo. «No basta con lo que dice en la pantalla inicial, hay que consultar la evolución del tiempo hora por hora, porque a menudo el mal tiempo se registra por la noche y el día es magnífico», asegura.