El galimatías competencial relacionado con las prisiones provoca situaciones chocantes, como el hecho de que un preso que sufra una dolencia que requiera ingreso en un hospital deba de pasar por las manos de dos cuerpos sanitarios y tres de seguridad antes de llegar al centro médico.

Poniendo por ejemplo el penal de Zuera y el centro de referencia, el Miguel Servet, un interno que tuviera una dolencia tendría que ser revisado en primer término por el doctor o los sanitarios adscritos al centro, de Instituciones Penitenciarias, que en un caso grave le derivarían al Salud.

Durante el traslado a la enfermería, y dentro de la prisión, estaría bajo custodia de los funcionarios de Instituciones Penitenciarias. Pero a la hora de trasladarle fuera del centro zufariense, la tarea corresponde a la Guardia Civil. De hecho, fuentes del sindicato penitenciario Acaip aprovecharon para recordar la escasez de efectivos de la que adolece el cuerpo en esta tarea, que complica su trabajo si, por ejemplo, han de trasladar a varios presos por emergencias consecutivas, o custodiarlos en la ambulancia.

Llegados al Servet, el preso en cuestión sería atendido por el personal sanitario convencional, del Salud, y vigilado por la Policía Nacional, que tiene la competencia de control del módulo sanitario del centro.

Este, según explicaron fuentes policiales, está ubicado al final de un pasillo de la planta décima, con cuatro habitaciones, algunas de ellas dobles. La entrada está restringida al personal sanitario, y los agentes de la unidad encargada de la custodia vigilan no solo la entrada, sino que acompañan al personal sanitario durante las visitas a los pacientes, si es necesario para evitar algún tipo de incidente que pudiese ocurrir.

Dentro del módulo no es necesaria una especial vigilancia para evitar fugas, ya que las habitaciones están especialmente pensadas para ello y no hay posibilidad de que ocurra, ni dan al exterior. De hecho las fuentes policiales consultadas destacaron las buenas instalaciones con las que cuenta el Servet en este ámbito y el buen funcionamiento del servicio en general.

El sindicato Acaip demanda, además de una mejor distribución de competencias -por ejemplo, con la eliminación de la vigilancia privada, que se dedica a la vigilancia de las cámaras del recinto exterior-, la incorporación de personal sanitario en un número adecuado. Esto redundaría no solo en la calidad de atención de los internos, sino en una menor necesidad de que estos se desplazaran fuera de las prisiones.

Esto a su vez ahorraría costes y disminuiría la oportunidad de fugas (no en el módulo hospitalario, pero sí en el traslado) que históricamente se han dado en los traslados.