La constructora Brial anunció hace menos de una semana que no haría uso de la licencia municipal para el derribo de las naves no catalogadas de Averly antes de un mes para facilitar una negociación con el ayuntamiento que lo evite, pero ayer mismo entraba su maquinaria al interior de la factoría. Las imágenes tomadas a pie de calle no dejan lugar a dudas, estas entraron en el recinto sin que se haya cumplido ni una cuarta parte de ese margen para hablar una posible salida a la demolición.

Los dueños de los suelos de la antigua factoría del paseo María Agustín, en base a la propia licencia administrativa, "no podrán iniciar las obras hasta que se acredite en el Servicio de Inspección Urbanística el cumplimiento de lo indicado en el informe de la Dirección General de Sostenibilidad de la D. G. A de 5 de mayo de 2016, relativo a condiciones sobre movimientos de tierras". Literalmente, el permiso apuntaba que "será necesaria una caracterización analítica de las tierras excavadas para determinar el destino final de las mismas y en su caso la tipología de vertedero, teniendo en cuenta que la concentración de metales (de aluminio, hierro, cobre y níquel) supera las concentraciones límite establecidas en la Orden de 5 de mayo de 2008, del Departamento de Medio Ambiente".

El consistorio no ha recibido muestra alguna, no se han realizado catas ni los pertinentes trabajos previos que proceden "para la protección de salud humana de metales pesados y otros de traza en suelos de la comunidad autónoma de Aragón". ¿Para eso van a servir las excavadoras, contenedores y otra maquinaria que ya se encuentra dentro de Averly?¿Esto demuestra que hay poca confianza en un posible acuerdo con el ayuntamiento?

Lo que se demuestra es que la empresa no tiene tiempo que perder, que tres años de trámites administrativos le llevan a no aguardar a ese margen temporal que ella misma había propuesto. Y que, con la licencia en la mano, nadie puede impedirle agilizar al máximo la entrada de maquinaria y que no esperará mucho más de ese plazo para ejecutar la demolición.