La fórmula para acabar con la corrupción política en la clase política española sería la de crear un «comité de sabios» al estilo anglosajón que propusieran medidas, sanciones y pautas de comportamiento asumidas por todos los partidos políticos. El exministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, realizó ayer esta propuesta en un foro empresarial en Zaragoza.

Sin entrar al detalle de las detenciones en el entorno del PP madrileño que esta semana han copado las portadas de los periódicos, reflexionó que la clase política necesita de la convivencia del sector empresarial para consumar la corrupción, que calificó de «transversal» y «especialmente dolorosa» en épocas de recortes en los derechos sociales de los ciudadanos. «O acabamos con la corrupción o la corrupción acabará con el sistema», resumió.

La propuesta de Margallo requiere formar un «una especie de comité de hombres sabios independientes» que juzguen las actitudes de los miembros de un partido político cuando haya un indicio de corrupción.

En todo caso, sobre las sospechas que envuelven a su partido, únicamente dijo que el presidente Mariano Rajoy ha puesto en marcha «una batería de medidas sin precedentes». También mostró su confianza en la labor del Ministro de Justicia, Rafael Catalá. «Me extrañaría mucho que tuviera una actuación incorrecta, el problema es que hay que acabar con ese clima de sospecha generalizada, porque eso hace imposible ocuparse de los problemas políticos» indicó.

cataluña / En su repaso a la actualidad se mostró muy crítico con los planteamientos independentistas de la Generalitat catalana. «Los políticos separatistas tienen que explicar la verdad», aseguró. Precisó que no será posible establecer un estado independiente sin modificar la Constitución española siguiendo la hoja de ruta espoleada por el presidente Carles Puigdemont. «Cataluña no tiene la menor posibilidad de ser reconocida como estado soberano por ninguno de los miembros de la Unión Europea», aseguró el exministro.

La situación de Gibraltar tras el proceso de desconexión iniciado por el Reino Unido debería ser aprovechada por España para reclamar la soberanía del territorio, según Margallo. En este caso calculó que en cuatro años se podría cambiar la situación administrativa si se aborda un proceso dialogado de forma bilateral.

El diplomático considera que la salida británica de la UE dejará a Gibraltar en un limbo administrativo en el que habría que establecer una «cosoberanía» entre el Reino Unido y España para las relaciones exteriores, defensa y gestión de fronteras durante un periodo de tiempo. Después habría que poner en marcha un estatuto personal que permita «obtener la nacionalidad española sin perder la británica» y desarrollar un régimen económico similar al que tiene Hong Kong.

Margallo reclamó «revitalizar toda la zona de Algeciras» para que esta propuesta sea atractiva a los actuales residentes en Gibraltar.