El mundo de la Red discurre a menudo al margen de la vida real. Hay decenas de internautas que poseen blogs muy visitados. Como el de nuestra invitada, todo un referente en el universo de la comunicación.

--Internet está resultando la salvación de mucha gente inquieta.

--No lo sabes bien. Muchos hemos encontrado la posibilidad de mostrar las cosas que nos gustan, y te encuentras con un escaparate al mundo que te ofrece muchas sorpresas. De pronto descubres que algo tuyo interesa en Colombia, en Alemania o en Japón. Es un refugio.

--A cambio te engancha, hay que dedicarle tiempo.

--Cada vez más, es verdad, pero lo haces a gusto. Internet es infinito. Yo puedo escribir un artículo en una hora, pero también a veces he tardado una semana porque tenía que investigar. Le suelo dedicar cuatro horas al día, que las saco de donde sea, de no dormir a veces.

--¿Qué les impulsa a dedicarle tanto tiempo?

--Me interesa todo lo que capte mi atención. Y de las cosas que yo escribo a menudo recibo la satisfacción de saber que interesan a otras personas. Es muy gratificante que te escriba un colegio de Colombia diciéndote que el artículo que escribiste les ha servido a ellos para un trabajo.

--Claro que cuando todo el mundo dispongamos de un blog, ¿cómo distinguir los que valen la pena?

--Lo que sucede es que a la larga todos acabamos yendo a unos sitios fijos, y picoteando un poco por otros lados, por si descubres algo.

--Hay que ser curioso?

--Sí, es importante. A mí me interesa todo, incluso lo que no me interesa. Tú me explicas bien la física cuántica y me puede apasionar, no estoy cerrada a nada.

--Eso ha supuesto que se consuma menos televisión.

--Hace tiempo que no veo la tele, salvo cosas excepcionales. Incluso consumo la prensa en internet. Esto ha supuesto que todo cambie. Disponemos de información al segundo, servida como a ti te guste. Le hace daño a televisión porque ahora no esperas a que te den el programa hecho, sino que te lo confeccionas a tu gusto en el momento que desees. Internet es más neutral.

--En muchos casos estos blogs son un altar para la vanidad...

--Yo nunca he pecado de vanidad. No obligo a nadie a seguir mi blog. Entran por gusto y vuelven si quieren, pero no me considero el ombligo del mundo. No concibo esos que hacen un viaje y se les cae la baba como si fueran los únicos que han pisado ese país.

--Los políticos están descubriendo la importancia de Internet.

--Sí, porque la poltrona hace que desvirtúen su mirada sobre el mundo. Se ve que la perspectiva no es la adecuada. Pero yo creo que la gente está muy desencantada con ellos, que no se enteran.