Marta Gastón (Huesca, 1973) afronta el reto de dirigir una de las consejerías más importantes de la DGA. Antes de su nombramiento, esta economista trabajaba como gestora en Ibercaja, aunque tiene experiencia en la primera línea política, ya que, entre otros cargos, ha sido diputada y senadora.

--¿Qué tal su aterrizaje en el Pignatelli? ¿Qué se ha encontrado al llegar?

--Han sido 20 días muy intensos en los que mi principal labor ha sido la de recoger la mayor información posible. Tras la toma de posesión inicié la ronda de reuniones con los directores generales para conocer las diferentes áreas y después empezamos a pensar en los perfiles que necesitábamos para encabezarlas. Hasta la fecha hemos completado una parte del equipo y seguimos trabajando en ese sentido.

--Aún no se ha nombrado al director gerente del Instituto Aragonés de Empleo (Inaem).

--No es el único nombramiento que queda pendiente, pero ya falta poco. Queremos encajar perfectamente la persona que esté al frente de cada responsablidad con el perfil que buscamos y para eso hace falta tiempo.

--La suya es una consejería muy amplia. ¿Le asusta el reto?

--Está claro que no va a ser fácil porque la situación económica no es sencilla y las realidades presupuestarias son las que son, por eso va a requerir de mucho trabajo. Espero llegar al máximo posible de todo lo que pretendemos y soy ambiciosa en ese sentido. Es cierto que son muchas áreas y que la intensidad va a ser fuerte, pero vamos a poner todo nuestro empeño. También va a ser muy importante el diálogo con los distintos interlocutores, fuerzas políticas, y sobre todo con las empresas para trabajar en equipo. La escucha activa va a ser fundamental.

--¿Se esperaba formar parte del nuevo Gobierno?

--Sinceramente no. Fue una sorpresa. Y la decisión no ha sido fácil, pero el reto motiva.

--Dijo en su toma de posesión que uno de los objetivos prioritarios es mejorar las cifras de empleo y que este sea de mayor calidad. ¿Cómo lo van a hacer?

--Lo mejor que podría pasar para que mejorara el empleo sería una reforma laboral. Pero desde el Gobierno de Aragón también podemos trabajar en diferentes vertientes. Nuestro modelo pasa por una mayor estabilidad, mayor formación y cualificación tanto en los ocupados como en los desempleados, y desde luego no pasa por la temporalidad actual. Los últimos datos nos dan mejores cifras en lo cuantitativo, pero si profundizamos son contratos por horas o días. Trabajar por un mejor empleo conllevará dedicar grandes esfuerzos a que nuestro tejido productivo apueste por puestos de calidad. Para ello hay que crear el entorno favorable que necesitan las empresas. Una compañía es mucho más competitiva si apuesta por la innovación y la tecnología, se especializa, trabaja en el exterior o gana tamaño. Ahí van a encontrar siempre al Gobierno de Aragón.

--Para eso se necesita dinero y políticas a largo plazo...

--Es evidente que el modelo productivo no va a cambiar en unos meses, pero creemos que es el momento, en esta recuperación incipiente, de sentar las bases. Lo que está claro es que hay una desigualdad social creciente que viene marcada por las últimas políticas del PP y entendemos que mejorando el empleo lograremos reducir esas desigualdades.

--Ha hablado de la necesidad de impulsar una nueva reforma laboral.

--La reforma del PP ha permitido que, como mera medida de reducción de costes, se pueda prescindir más fácilmente del capital humano y a su vez ha dificultado que haya cierta estabilidad en la contratación. Hay muchos empleos demasiado inestables y esto ha afectado sobre todo a los jóvenes.

--El paro juvenil se ha disparado durante la crisis. ¿Qué propuestas tienen en este sentido?

--Lo que pretendemos es que no haya movilidad hacia otros territorios, y no hablo solo de países extranjeros. La población activa juvenil ha caído mucho y tenemos que corregirlo. ¿Cómo hacerlo? Lo principal es crear oferta en nuestra tierra. Ojalá seamos capaces de encajar oferta y demanda una vez que crezcan las necesidades de las empresas.

--¿Teme no contar con presupuesto suficiente para las políticas activas de empleo?

--No depende solo de los presupuestos regionales, pero lo que queremos es conseguir la máxima eficiencia posible. Creemos que es posible incrementarla, así que, una vez analizadas todas las políticas que se han llevado a cabo hasta la fecha, las evaluaremos y veremos cómo podemos mejorarlas. Queremos facilitar la cualificación de los parados y la formación de los ocupados y para ello las políticas se verán modificadas, porque las aplicadas en la legislatura anterior no han sido lo suficientemente eficientes para conseguir un mayor número de empleos.

--Hacia dónde quieren orientar esas políticas. ¿Ya han esbozado medidas concretas?

--Ya digo que primero debemos hacer una evaluación exhaustiva para decidir qué vamos a cambiar, pero lo que está claro es que hay que apostar por un nuevo diseño. Y no solo en estas políticas, también habrá que reorientar las subvenciones públicas destinadas a la creación de empleo.

--¿Es partidaria de descentralizar las políticas activas de empleo?

--Sí, soy partidaria de una mayor autonomía, porque son las comunidades las que conocen con más exactitud hacia dónde enfocar estas políticas. De la misma forma, apuesto por una mayor presencia del sector público en acciones en materia de empleo que ahora se llevan a cabo desde el sector privado. Soy partidaria, por ejemplo, de que el servicio público sea el que gestione el 100% de la intermediación laboral. Creo que todas las acciones que se lleven a cabo desde el Inaem deberían desarrollarse desde el sector público.

--¿Le pareció bien que la formación a los ocupados se abriera a la libre concurrencia?

--Me parece bien, lo único que pienso es que deberían tener más peso aquellos organismos que hayan sido más eficientes y, por tanto, tener más recursos. Todo esto lo tendremos en cuenta en nuestro rediseño.

--El paro de larga duración sigue enquistándose. ¿Qué puede hacer la DGA para favorecer la inserción de estos desempleados?

--El reto es la inserción en su conjunto. Insisto en que todo dependerá del análisis y diseño de las nuevas políticas que se lleven a cabo desde el Inaem.

--¿Ha llegado el momento de que las empresas suban los salarios?

--Creo que sí. La devaluación salarial no puede continuar. Además, pienso que subir los sueldos sería positivo para la economía, porque eso impulsaría el consumo interno.

--Quieren que esta sea la legislatura del diálogo social "útil".

--Lo que quisimos decir es que el diálogo social es algo más que fotos. De las reuniones deben salir medidas que reviertan en la sociedad y que sean útiles.

--¿Tienen marcados sectores estratégicos?

--Es el sector privado el que los ha ido marcando. La agroindustria, la logística, el turismo de calidad o la nieve tienen un gran potencial, pero todos nos tendrán de su lado para buscar esa especialización. Sabemos que las empresas están pidiendo una formación más acorde a sus necesidades. Hay que trabajar en equipo porque atraer inversiones y mantener las que tenemos va a ser fundamental.

--¿Qué van a hacer con las empresas públicas?

--Como todo recurso público, el objetivo es buscar la máxima eficiencia. Estas empresas han sido reducidas, pero habrá que analizar los pasos a seguir a partir de ahora.

--El consejero de Hacienda ha dicho que si su supervivencia depende de las arcas públicas será difícil su viabilidad...

--Con las empresas públicas no nos podemos ceñir exclusivamente a los resultados económicos. Cuando se crean se busca cubrir fallos de mercado o una serie de inversiones que el sector privado no hubiera podido acometer por su cuenta. Además, la rentabilidad también se debe medir en términos de rentabilidad social. No vale solo con mirar la cuenta de resultados, también hay que atender al impacto social y al desarrollo del territorio. Lo que ocurre es que ha habido una crisis muy fuerte, por eso habrá que analizarlo detenidamente.

--Dijo en su toma de posesión que quiere impulsar la competitividad industrial.

--Creemos que el capital humano y la internacionalización son factores fundamentales para ganar competitividad y tamaño, por lo que ayudaremos a las industrias en ese sentido y en la mejora de la inversión tecnológica. Además, tenemos infraestructuras y una situación estratégicas para poder captar inversiones. Nuestra consigna es que ninguna inversión potencial quede fuera de Aragón por sentirse desatendida por sus instituciones

--Dice la Asociación Eólica de Aragón que hasta el 2018 no se van a iniciar nuevos proyectos. ¿Como ve el futuro en materia energética?

--El porcentaje de energía producida en la comunidad es bueno y exportamos mucho más que otras regiones. Nosotros vamos a seguir apostando por las renovables y por la ampliación de la capacidad de megavatios. De hecho, queremos incrementar el número de parques eólicos, aunque hay que tener en cuenta que la crisis también influye.

--El futuro de la térmica de Andorra sigue en el aire y de ella depende la minería aragonesa. ¿Es optimista? ¿Endesa realizará las inversiones necesarias?

--Ya hemos mantenido contactos con Endesa. Es uno de los temas más urgentes porque el plazo acaba el 30 de septiembre. La compañía nos ha manifestado su voluntad por continuar con las inversiones más allá del 2020, aunque están a expensas de una serie de factores como el informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y la orden ministerial.

--¿Apuesta por mantener proyectos aunque generen pérdidas como sucede con Motorland?

--Insisto en que el dinero público debe ser eficiente, aunque luego habrá que mirar cada uno de los proyectos, además de atender a su repercusión social y territorial.

--Aragón, debido sobre todo a Zaragoza, es una de las comunidades con mayor densidad comercial de grandes superficies. ¿Caben más centros comerciales en la capital?

--Creo que ya hay suficientes centros comerciales en la ciudad, pero habrá que valorar el momento, la oportunidad y muchos más factores. De todas formas, no es una decisión que deba basarse en mi opinión personal.

--Cómo ven el proyecto comercial que Pikolín quiere desarrollar en la carretera de Logroño?

--Hasta que los proyectos llegan al Gobierno de Aragón tienen que pasar distintas fases y eso aún no ha ocurrido. No es un tema que tenemos ahora encima de la mesa, así que ya se verá.

--¿Ya han hablado de cuántos festivos de apertura quieren el próximo año en la comunidad?

--El director general está recién nombrado, aún es muy pronto para eso y tenemos que hablarlo. De todas formas, los actuales once días no me desagradan.

--En líneas generales, ¿se queda con algo del trabajo de la anterior consejería?

--Nunca diré que se ha estado de brazos cruzados, lo que pasa es que me parece que ha faltado un hilo conductor que pudiéramos denominar como política económica como tal. Hubo un plan Impulso que seguro que se ideó con la mejor de las intenciones, pero que desde el inicio quedó desvirtuado por los recortes. Al final se utilizó para tapar agujeros, por lo que los resultados no fueron los deseados. Más allá de eso, no conozco otra estrategia que se llevara a cabo, así que los resultados están a la vista.