A la pista de hielo de la plaza del Pilar no dejan de acercarse personas de todas las edades. Tantas que, desde que se inaugurara el pasado día 22, cada día patinan sobre hielo cerca de 420 personas. El número máximo permitido para cada día.

Hay siete sesiones de una hora en las que se puede practicar este deporte: de 11 a 12, de 12.10 a 13.10, de 13.20 a 14.20 y de 16.30 a 17.30, de 17.40 a 18.40, de 18.50 a 19.50 y de 20.10 a 21.10. Y en cada sesión el aforo máximo es de 60 personas. "El día de Navidad batimos récords, en el turno de las 17.40 sobre todo hubo avalancha", asegura Elba Hernández, una de las seis encargadas de atender al público. "Mucha gente se queda sin poder patinar el día que quiere y para el siguiente vuelve a haber colas", añade.

El precio es de 6 euros, aunque hay descuentos. Al presentar la tarjeta de Ibercaja o tres chapas de cerveza San Miguel cuesta 4 euros y 3, con el cupón de EL PERIODICO.

Para la práctica de este deporte no se requiere ninguna habilidad, aunque los patines más pequeños son del número 32 y los más grandes del 46. "Vienen personas de todas las edades, los más pequeños acompañados de sus padres y, sino, nos piden a nosotras que les ayudemos", apostilla Elba, quien también se encarga de controlar la velocidad.

Ese es quizá el mayor problema que encontraba Paula, de 10 años, quien el pasado viernes patinaba en compañía de su primo Iker, de 9 años. "Los mayores dan la curva a una velocidad...", se quejaba.

Erik, de 31 años, era unos de "esos mayores". Sin embargo, él aseguraba que ya no puede correr tanto como antes. "He venido solo para pasar un rato... Tengo un hijo pequeño y no estoy como para romperme algo", apuntaba.

Marta y su amiga Beatriz, de 9 años, esperaban para colocarse por primera vez unos patines. "A ver qué tal, porque ninguna de las dos hemos patinado nunca".

A lo largo de estos días podría repetirse la sorpresa del día de la inauguración, en el que patinaron personas especializadas.