Lo que parecía una pareja de novios recién casados que salía de la basílica del Pilar se transformó, de repente y ante el asombro de quienes se encontraban a las doce del mediodía en la plaza del Pilar, en un flashmob. "Mira papá, están todos bailando", decía una niña señalando al cada vez mayor grupo de gentes variopintas, salidas de no se sabe muy bien dónde, que seguían al unísono una misma coreografía. La sorpresa se consiguió y el objetivo, que era solidario dentro de la programación de Zaragoza Diversa, también.

"Somos bailarines amateur que competíamos en aerobic", contestaban María González y David Belío una vez terminó la actuación, a la que se habían inscrito inicialmente 115 personas. El buen tiempo acompañó y los aplausos valoraron muy positivamente esta propuesta, que se ha puesto de moda en el mundo entero. Aunque en esta ocasión el fin era recaudar fondos para un proyecto de integración de niños y jóvenes de Cruz Roja.

"Hemos acudido a gimnasios y escuelas de baile para captar voluntarios. La coreografía la han realizado entre varios y se ha ensayado durante cerca de un mes", explicaba Laura Gracia, coordinadora de Cruz Roja Juventud, quien explicó también que cada participante había colaborado con cinco euros solidarios.

No es la primera vez que un flashmob se organiza en la capital aragonesa. El primer domingo de mayo, unos 200 vecinos de Garrapinillos la montaron en la plaza de España por el 25 aniversario de la Unión Musical de Garrapinillos.

Poco a poco, esta quedada simultánea para bailar una coreografía estudiada va calando. De hecho, a muchos de los presentes ayer en la plaza del Pilar les recordó la retransmisión televisiva de Eurovisión, con un flashmob en una de las ciudades de cada país participante. La iniciativa de ayer partió de una voluntaria de Cruz Roja y formó tal expectación que algunos no pudieron ver el baile por la cantidad de gente que se arremolinó en torno a los participantes.