Los problemas en la instauración de la receta electrónica continúan sucediéndose en los centros de salud zaragozanos, que acusan al Departamento de Sanidad de "inacción" a la hora de tratar de solventar los contratiempos causados por los fallos en el programa y los colapsos provocados por un sistema que "se sigue colgando demasiado".

De hecho, varios médicos de Primaria insistieron ayer en que, lejos de una solución, "se sigue mareando a la gente con una herramienta que no es útil para los profesionales" e insistieron en que Sanidad "sigue sin hacer caso pese a las continuas quejas del sector".

En este sentido, los profesionales reclaman que, a tenor de estas complicaciones no resueltas, la convivencia de la receta electrónica con la tradicional se amplíe desde los tres meses en que quedó establecida por la Administración a seis. "Para un tratamiento nuevo, hay que confirmar todo lo anterior y, además, con errores en el sistema, lo que provoca que se tenga que recurrir, en muchos casos, a la receta manual y a tener que perder quince minutos en el trámite, lo que repercute en la calidad de la atención que se dispensa al usuario", advirtió un médico de un centro de salud zaragozano.

Aunque nadie discute los beneficios futuros del nuevo sistema, su implantación, sin embargo, no está siendo tan positiva. "Estamos continuamente con problema porque el programa se cuelga demasiado al no tener potencia suficiente para acoger todos los datos de los centros que se van incorporando", vienen denunciando facultativos zaragozanos

AJUSTES NECESARIOS Desde la Administración, que confía en que el 95% de los centros de salud de la capital aragonesa tenga ya implantado el nuevo sistema en el mes de junio, se advierte de que "toda instauración nueva conlleva su ajuste al principio, pero la receta electrónica es buena para Aragón".

En Zaragoza, la entrada del nuevo sistema se produjo el 15 de noviembre. Más de 200 médicos ya prescriben recetas electrónicas en Aragón a más de 130.000 pacientes de 23 zonas de salud.