Dos jóvenes de Sabiñánigo (Huesca) fueron juzgados ayer en la Audiencia de Zaragoza acusados de estafar, extorsionar, amenazar y provocar quemaduras a una joven en la capital aragonesa. La víctima llegó a desembolsar 40.000 euros por miedo a los procesados, Saúl P. G. y Ana Isabel L. Una tercera persona, Jessica Mireia V. B., tenía que haberse sentado en banquillo, si bien está en paradero desconocido. Se enfrentan a 19 años de cárcel.

La víctima admitió que los ahora acusados fueron en un momento dado sus amigos. Fue una noche del año 2010 cuando, según esta joven, comenzaron los problemas. Se le escapó ante los miembros de la banda latina Blood que Saúl P. G. y Jessica Mireia V. B. eran novios. A partir de ahí, ambos le exigieron dinero para contrarrestar los daños que, al parecer, ella les había ocasionado. Llegaron a quitarle hasta 40.000 euros que la joven le ingresaba en el banco o le daba en efectivo a Saúl P. G., si bien la víctima señaló a la pareja de este como la tesorera.

Las amenazas se alargaron en el tiempo hasta el 2013 cuando la víctima sufrió una extorsión muy propia de las bandas delincitivas: le produjeron quemaduras de segundo y tercer grado en varias partes de su cuerpo para exigirle que siguiera dando dinero. De hecho, llegó a comprarles un coche de la marca Mercedes.

«Me quemaron con un cuchillo ardiendo que pusieron en la llama de una vela mientras me pedían más dinero», señaló la joven, quien añadió que nadie pudo escuchar sus gritos de dolor porque le amordazaron la boca con un jersey. Se atrevió a denunciar gracias a que comenzó una relación sentimental con un chico que le animó a ello.

Un relato de hechos que negaron los acusados, especialmente Saúl P. C. Este joven llegó a negar la autoría de unos mensajes de WhatsApp que intervino la Guardia Civil y en los que se demuestra el temor infringido contra la víctima. Llegó a justificar el dinero en el banco, señalando que ella le ayudaba como amiga.