Los médicos de familia reducen un 30% las derivaciones a la consulta del urólogo y el objetivo es ampliarlo al 50% en un futuro gracias a un protocolo de actuación para tratar enfermedades prevalentes de esta especialidad desde los centros de salud.

Este protocolo, que se presentó ayer en el hospital Miguel Servet pero que ya vivió a finales del año pasado su puesta de largo en el Salud, se aplica desde este año y ya ha conseguido reducir, en el sector sanitario III de la capital aragonesa, estas derivaciones al especialista del hospital Clínico en un 30% en los cinco primeros meses del año.

Ahora, hasta ocho patologías que antes se derivaban pasan a resolverse por los profesionales de Atención Primaria. Entre ellas figuran la hiperplasia benigna de próstata (crecimiento de la glándula propio de la edad), microhematuria (sangre en la orina visible solo a través del microscopio), cólico de riñón, infección de orina, incontinencia urinaria, disfunción eréctil, masa escrotal (bulto en el testículo o en la bolsa escrotal) e incluso cáncer de próstata mediante el control del PSA por parte del médico de familia.

La iniciativa, que podría ampliarse a otras especialidades como Hematología o Rehabilitación, se llevó a cabo a raíz de que, en el 2013, los urólogos del Salud atendieran a 122.616 pacientes, una cifra muy elevada que provocó que médicos de familia y urólogos trabajaran conjuntamente en un protocolo con las herramientas a adoptar en Atención Primaria para administrar tratamientos a pacientes y solo derivar al especialista casos que lo requieran. "Se trata de hacer una selección para evitar enviar pacientes innecesarios y para detectarlos a tiempo cuando es preciso mandarlos rápido al hospital", explicó el urólogo del Servet, Alberto Fantova.