Aragón pondrá en funcionamiento un observatorio de la escuela rural que dará como resultado un foro de intercambio de experiencias y datos que, con el tiempo, permitirá establecer un modelo educativo propio del medio rural. A la espera de que se constituya formalmente, se trata de una experiencia pionera donde este organismo actuará de forma autónoma y no supondrá coste alguno al Ejecutivo.

Así, estará formado por maestros; profesores universitarios; familias; municipios y comarcas; el Departamento de Educación y otras consejerías de la DGA. Así lo explicaron ayer la titular del ramo, Mayte Pérez, y el director general de Innovación, Javier Garcés, quienes matizaron que el objetivo es dar voz y respuesta a las localidades de menos de 5.000 habitantes —donde estudian 34.000 alumnos, el 18% de la población escolar— a través de un foro de intercambio.

«Será un punto de encuentro y de intercambio de ideas. El observatorio analizará las experiencias innovadoras que se hacen en las escuelas rurales, de donde han nacido muchos proyectos de éxito que han llegado a la ciudad, y propondrá mejoras para desarrollar un modelo propio que garantice la calidad, señaló Pérez.

Además de actuar como un centro de investigación de la escuela rural, de buenas prácticas o de búsqueda de datos, también supondrá un respaldo a los docentes. Actualmente, 3.800 profesores trabajan en el medio rural. «Tenemos una alta tasa de interinidad y queremos garantizar una estabilidad laboral, pero también de docencia al alumno, por lo que haremos un seguimiento de todos los proyectos que se están haciendo para darles continuidad y, al mismo tiempo, combatir la despoblación», señaló Pérez.

EL EJEMPLO DE ALPARTIR / Se prevé que el observatorio esté configurado para el próximo curso, aunque ya se han dado pasos y desde Educación se ha realizado un primer diagnóstico de cómo está la escuela rural. «Tenemos ya un informe preparado», detalló Garcés, quien señaló que el funcionamiento de este foro común será mediante dos plenos anuales (uno al principio del curso escolar y otro al final), aunque los encuentros también se sucederán según las necesidades.

Entre las medidas que ya se han adoptado como modelo propio del medio rural están las escuelas de adultos, el nuevo plan de bilingüismo o el reciente convenio firmado con la comarca del Valdejalón para fomentar la innovación y la formación del profesorado en toda la zona. Pérez y Garcés recordaron el caso del colegio de Alpartir, donde la escuela actúa como modelo de cambio social. En ella interactúan los alumnos con los vecinos de la localidad y, en vez de ceñirse a los libros, trabajan muchas materias sobre el terreno y al aire libre.

La puesta en marcha de este observatorio, del que todavía se está ultimando el decreto que le dará luz verde, cumple además con uno de los puntos del Pacto Social por la Educación, firmado por el Consejo Escolar el año pasado y actualmente en las Cortes de Aragón.

Durante esta legislatura, la DGA ha evitado el cierre, con el cambio de ratios, de 62 escuelas rurales con entre 3 y 6 alumnos, así como ha reabierto centros que llevaban años cerradas como Allepuz o Nueno.