La necesidad de introducir mejoras en el edificio A del complejo funerario de Torrero, construido en 1992, quedó de manifiesto hace tres años, cuando el Ayuntamiento de Zaragoza rehabilitó el viejo tanatorio y lo puso en funcionamiento, aportando dignidad y humanidad a un servicio fundamental para la ciudad. Durante el último año, Serfutosa, responsable de esta nueva inversión, estuvieron estudiando cómo organizar la intervención, conscientes de que este edificio no puede cerrar sus puertas.