¿Qué sería de un mes de marzo sin el Premio Nacional Don Bosco? El colegio Salesianos de Zaragoza celebra hoy la XXI edición de su prestigioso galardón que reúne, un año más, a un centenar de jóvenes con mentes privilegiadas que piensan, diseñan, innovan y ejecutan auténticas obras de arte.

«Hay mucha competencia, proyectos muy chulos e interesantes», decía ayer Daniel Gil, de Salesianos Los Boscos, en Logroño, quien junto a su compañera Alicia Moraza han creado tres aparatos con sensores que tendrían aplicación en la vida cotidiana. «Son unos brazos, un dron y un pequeño vehículo. Por ejemplo, tendrían aplicación en videojuegos o en industria más técnica, ya que permitirán manipular elementos peligrosos», explicaban. «Se trata de sensores que detectan los movimientos que les enviamos», añadieron. Los Boscos no es la primera que se presenta al premio. Además de La Rioja, los participantes de este año provienen de Andalucía, Extremadura, Comunidad de Madrid, País Vasco, Comunidad Valenciana y Aragón.

Aplicaciones cotidianas

Desde el instituto Santa de Fe de Granada, José Molina y Santo Cánovas, de 19 y 18 años respectivamente, presentaron su tendedero inteligente. «Evita preocupaciones y quebraderos de cabeza cuando llueve y tenemos ropa tendida. Tiene un sensor que detecta cuando cae lluvia y, automática, recoge un poco el tendedero y extiende un toldo que cubre la ropa», comentan. «Además, cuando esto sucede hay un aparato de domótica que envía una señal vía wifi al móvil del propietario y le avisa de que está lloviendo», añaden.

Más allá del agua, este tendedero inteligente también es útil en días de viento. «Aquí en Zaragoza os vendría muy bien», decía entre risas. «En este caso, avisa del aire vía wifi para que tengamos cuidado por si se vuela la ropa y, al mismo tiempo, se recoge el toldo para evitar que salga volando», añadieron Molina y Cánovas.

Desde Zaragoza, Dominicos optará al Premio Don Bosco con el proyecto de Alejandro Latorre y Sergio Pérez. «Consiste en la generación de apuntes mediante realidad virtual. Es una idea que tendría aplicación educativa y que motiva al estudiante, ya que hace uso de unas gafas 3D para estudiar», explican. En su caso, han creado tres entornos de aprendizaje: Historia del Arte, Ciencias y Física e Interactividad. «En cada uno de ellos se explica una parte teórica de algún tema, que permite al alumno retener conceptos y estudiar con estos apuntes virtuales. Cambiamos esquematizar por programar», explicaron los jóvenes.