Enfadada y muy dolida. Así se encontraba ayer Rosa López, la madre de Javier Ariza y abuela del pequeño Javier. Esta mujer de 81 años rompió ayer su silencio ante EL PERIÓDICO para, según ella, «aclarar algunas mentiras». Aseguró que su hijo «ni es un secuestrador ni un maltratador». También quiso defender el honor de su familia y rechazó que se les tilde de «clan peligroso» tan solo por el hecho de que varios miembros del mismo tengan antecedentes penales, entre ellos, una tentativa de asesinato.

Rosa López aseguró que durante todo el tiempo en el que ha durado la orden de búsqueda y captura contra su hijo «él no se había puesto en contacto con ella». No obstante, señaló que la primera sorprendida de todo lo que estaba ocurriendo había sido ella y sus siete hijos «puesto que creíamos que la guardia y custodia la tenía él por cuestiones de la madre». «Ama sobre todas las cosas a su hijo, a todas horas le compraba juguetes o ropa», dijo.

«Nos hubiera gustado que no hubiera pasado todo esto, porque estoy sufriendo mucho», afirmó esta mujer, quien quiso resaltar que su hijo «es incapaz de pegar a una mosca».

Un comentario que realizó para defender a Javier Ariza en lo que respecta a la denuncia pormalos tratos que interpuso contra él la madre del menor. «Lo hizo por celos, un día le vio una foto de una mujer en el móvil y de la noche a la mañana cogió al niño y se fugó», criticó.

De hecho, aseveró que Javier Ariza y su entonces pareja sentimental vivían con el niño en su casa. «Nunca le he visto despreciarla ni darle un solo golpe, pero ni mis ojos ni los de otros hijos que viven en mi humilde casa», apostilló. En este sentido quiso también dejar claro que «los ArizaLópez somos gente trabajadora, que vivimos sin hacer mal a nadie» y pidió que «no se les tome a todos por igual por lo que hagan unos».

Reconoció que Antonio y José Luis fueron condenados por una tentativa de asesinato en el año 2010 en el barrio zaragozano de Las Fuentes, pero añadió que «Antonio ya ha cumplido y José Luis espera salir pronto de la cárcel para volver a estar con su familia y hacer una nueva vida». «Son buenos, pero tuvieron una pelea con esa gente que iba a matarlos y ellos se defendieron como pudieron», afirmó. L. M. G.