Enrique García Sánchez volvió ayer a sentarse en el banquillo por intentar estrangular a su mujer e hija de.6 años, en octubre del 2012 El Tribunal Supremo así lo decidió después de que su abogado Mariano Montesinos recurriera el fallo por el que era condenado a diez años de prisión. Este abogado protestó por la denegación de una prueba pericial psiquiátrica había causado indefensión a su cliente.

Durante la vista oral se repitieron los mismos terribles relatos que hicieron en el anterior juicio tanto de la esposa como la hija. También los de su suegra, que manifestó que desde el primer momento el comportamiento del procesado siempre había sido "intachable" hasta la noche en la que todo ocurrió.

La víctima, María Ángeles, reiteró que su marido se abalanzó sobre ella para agarrarle del cuello. A pesar de tenerla bien cogida, consiguió escapar pero éste la alcanzó en el pasillo. "Me cogió del cuello y se puso sobre mí, yo no podía moverme", relató, mientras apostillaba que le metió el puño en la boca e incluso su propio pelo.

La hija de ambos se despertó alarmada por los gritos e incluso llegó a lanzar una zapatilla a su padre para que se apartara de su madre. La respuesta de su progenitor fue la de meterle los dedos en la boca para quitarle la respiración.

INIMPUTABLE

Por su parte, Enrique García Sánchez se limitó dar unas vagas explicaciones en las que decía que no se acuerda de lo que hizo, aunque solo sabe que se hubiera suicidado si las hubiese matado. Asimismo, reconoció que actuó así porque su mujer le estaba siendo infiel a través del whatsapp.

Su situación psiquiátrica fue lo que hizo repetir el juicio y será lo que marque la nueva sentencia. Los forenses del IMLA señalaron que sufre un trastorno de la personalidad y del ánimo. Resaltaron que sufrió una "pérdida completa del control de los impulsos" pero que se mantenía la consciencia por lo que "el sujeto sabía lo que estaba haciendo". Por ello, dijeron que es imputable en grado medio, además de puntualizar que padeció una situación celotípica que desembocó en este suceso.

Por su parte, los médicos que no pudieron hablar en el anterior juicio sí pudieron decir esta vez que el procesado no es imputable.

Por todo ello, el abogado defensor, Mariano Montesinos, pidió la libre absolución o, en caso contrario, la posibilidad de que se considere un delito de violencia de género y doméstica, al que se le aplicaría la eximente completa por su situación mental.

La Fiscalía solicitó nueve años de cárcel, mientras que la abogada de la acusación, María Ángeles Pozo, pidió siete años y medio de prisión, menos un día, y una orden de alejamiento de su mujer durante 20 años por una tentativa de asesinato.