Contaba el ácido bufón Leo Bassi (antes de endulzarse echándose cuatro kilos de miel por encima) que en el año 1328 los juglares y otros artistas de calle decidieron que nadie podía tener la exclusiva de actuar en una plaza y que nadie podía representarles en exclusiva, condicionando así su obra. El agitador Bassi tendió un puente entre esta comunidad artística del siglo XIV y el movimiento de la cultura libre del siglo XXI durante su actuación en la entrega de los premios Oxcar, que reconocen a los creadores que más han contribuido a la libre producción y difusión de música, cine, arte y literatura. Luego Bassi rasgó un cojín y su cuerpo pegajoso quedó emplumado.

La presencia sobre el escenario de este ángel friki fue uno de los clímax de la gala de los Oxcars que se celebró el martes por la noche en una sala Apolo llena a pesar de la lluvia. Siete horas de música en directo, de proyecciones y lecturas difundidas en tiempo real via internet bajo el lema Copia, pega, samplea, multiplica, reparte, contraeslogan del No robarás de la Sociedad General de Autores y Editores. Un pulso en toda regla a la SGAE, que no dice ni pío.

Además del bufón Bassi, se premiaron otros activistas de la era digital en nueve categorías. Allí estaba el gigantón Brent Simon, hijo de un tendero de Ohio, que ha hecho carrera musical a raíz de colgar en internet la canción World Wired West (algo así como El salvaje mundo conectado). También recibió un Oxcar el cineasta Guillermo Zapata, cuyo corto Lo que tú quieras oír se ha descargado 74 millones de veces. Y Pablo Soto, pionero de la red de intercambio de archivos informáticos P2P. Soto mandó un mensaje en vídeo, porque justo esa noche viajaba de Estados Unidos a Madrid, donde mañana tiene la vista previa por la demanda millonaria que ha presentado contra él la patronal discográfica Promusicae: "Os animo a consumir cultura libre y a promocionar archivos de quien se lo merece", dijo.

Esta demostración del poderío de la cultura copyleft (donde el autor decide cómo difunde su trabajo) continuaba ayer en la Sala Conservas con la presentación del libro titulado New Thing del colectivo Wu Ming (otro referente del activismo digital) y seguirá hasta el sábado con proyecciones, talleres, debates y conciertos.