"Mil banderas ondearán/ en las torres del Pilar/ Yo nací con dos colores/ Uno blanco, y otro azul/ Cuando muera, que así pinten mi ataúd". No hizo falta más. El concejal socialista Roberto Fernández puso con estos conocidos versos zaragocistas la salsa a un pleno municipal que discurría entre reproches cruzados por plantear asuntos "que no preocupan a los zaragozanos".

Entre las discusiones sobre el Tratado de Libre Comercio (TTIP), sobre si se apoya desde Zaragoza el aragonés --o si se habla o no--, o si la capital aragonesa debe contar con su propia Film Comission para relanzar su potencial como plató cinéfilo, se coló la de "las bandericas, los banderines y los simbolicos", como resumió el portavoz de CHA, que convino que "tampoco esto es lo que más interesa a los zaragozanos". Pero parece que a quienes sí interesa es a los concejales municipales, que se enzarzaron de nuevo en un vivo debate sobre quién es el que más instrumentaliza los símbolos.

"El cambio prima el espectáculo frente a la gestión, pero el problema viene cuando la política de gestos pervierte los símbolos de todos", empezaba serio el concejal del PP Sebastián Contín, que defendió la moción sin sospechar el tono jocoso que se apoderaría de ella minutos después. "¿Qué buena fe tienen si no preguntan a los demás? Es un ejemplo más de su intolerancia, que busca el enfrentamiento con quienes pensamos de manera diferente, que somos muchos en esta ciudad", insistía.

Valores Vs. Uso político

Para la concejala de Participación, Elena Giner, la versión de los hechos pasaba de lo blanco a lo negro. "Son gestos simbólicos que muestran los valores de solidaridad y de justicia social, y todas las banderas se han colocado en un balcón secundario, no en el principal", expresaba. "Antes ya se colocaban banderas, como la LGTB, y nadie acusaba de instrumentalizar". "Porque se colocaban por consenso", saltaron en tromba los socialistas y los populares.

Y en eso quedó la moción más animada del pleno. Los votos a favor de los concejales populares y de los de Ciudadanos, con la venia de la abstención de los socialistas, bastaron para sacar adelante una moción que aboga por la "no instrumentalización" del balcón municipal y que pide someter "cualquier uso" de los edificios o espacios municipales a la Junta de Portavoces. Veremos.