Miles de kilos de fruta, sobre todo de melocotón, podrían acabar en los bancos de alimentos si los sectores productor y transformador y el Gobierno aragonés alcanzan un acuerdo para enfrentar la sobreproducción y la caída de precios, que ha llegado en esta campaña a los 15 céntimos por kilo.

Para analizar y evaluar la situación, se ha reunido hoy en Zaragoza la Mesa de la Fruta (productores, empresas y administración), presidida por el consejero de Agricultura, Modesto Lobón, quien ha avanzado que el objetivo es que "no se destruya nada" y que la mayoría "vaya al banco de alimentos".

Se trata, ha añadido, de llegar a un acuerdo entre todas las partes implicadas en el que haya "un resarcimiento máximo" para el agricultor y que "la mayor parte de la fruta excedentaria vaya al banco de alimentos", bien de forma directa como fruta o como zumo.

Antes de la reunión, Lobón ha señalado que se trata de que a las empresas "les salgan los numeros" y que se asegure el mayor resarciendo posible a los agricultores y, para eso, es necesario que la Unión Europea desbloquee "cuanto antes" los fondos que existen para "estas intervenciones en casos de crisis", que se incluyeron en la nueva PAC.

Esto mismo lo está intentado el Gobierno nacional y si lo logra "nos sumaríamos", pero mientras tanto se puede tener uno propio en Aragón, una comunidad donde el año pasado se produjeron 350 millones de kilos (200 millones de euros), y en la que este año hay una sobreproducción de entre el 10 y el 15 por ciento, fundamentalmente de fruta de hueso.

El consejero ha añadido que hay que estudiar con "todo detalle" la situación y "cómo salen los números", ya que es un asunto "muy complejo" en el que habría que fijar el exceso de producción de cada agricultor y tener en cuenta los parámetros y tasas que establece la UE.

"La voluntad del Gobierno es tenerlo cuanto antes", ha añadido el consejero, quien ha reconocido que "encajar todo el mecanismo" es "muy complejo", ya que una parte de la fruta iría al banco de alimentos y otra a la venta para recuperar el dinero invertido en su transformación.

"Creo que hay voluntad por todas las partes" de lograr un acuerdo lo antes posible, aunque no hay un plazo, ha precisado el consejero, quien ha indicado que hay que tener datos fehacientes y delimitar la magnitud y el alcance del problema y buscar una solución.

José Manuel Roche, de UPA, ha definido la situación, sobre todo en la producción de melocotón, "muy difícil" ya que se está produciendo por debajo de costes, en torno a 15 céntimos el kilo y eso hace "prácticamente inviable" las explotaciones.

Roche ha dicho que la sobreproducción, que es estructural, se ha producido por la coincidencia en la recogida de la fruta en esta campaña, además del aspecto "especulativo" que siempre ha existido.

A su juicio, hay que "sacar el excedente de melocotón, unas 12.000 toneladas, para poder recuperar los precios a corto y medio plazo y finalizar la campaña en unas condiciones de precio normales para el productor".

Para ello, ha explicado, es necesario que Bruselas haga uso del mecanismo de intervención, según el cual pagaría 0,27 céntimos por kilo, de los que 5 irían para el agricultor y el resto a la industria, para transformar en zumo y "hacer desaparecer" el excedente, ya que no hay otro "margen de maniobra".

El secretario general de Asaja, Ángel Samper, ha señalado que es un problema grave de difícil solución que se reproduce todos los años y que hay que reclamar a la UE mayor agilidad para intervenir, ya que el sector depende de los operadores y "hay una especulación dura y pura".

El representante agrario ha lamentado que se llegue a pagar el kilo a 10 céntimos en origen, un precio "irrisorio" que supone prácticamente tirar la fruta cuando el coste de producción es tres veces superior.

José Víctor Nogués, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, que representan al 25 por ciento de la producción total, también ha incidido en que se trata de un problema estructural, que se ha agravado este año además de por la sobreproducción, que ha desbordado los mercados, por el descenso del consumo a causa de las bajas temperaturas y la especulación.