La plaza del Pilar de Zaragoza se ha convertido hoy en un enorme comedor donde miles de personas han ingerido alimentos en perfecto estado que iban a ser desechados, una iniciativa contra el despilfarro que se ha celebrado hoy por primera vez en España.

La iniciativa Zaragoza no tira comida, que ha convertido la plaza del Pilar en un gran comedor en el que se han podido ingerir gratis alimentos en perfecto estado que iban a ser desechados, ha superado las previsiones al haberse repartido más de 6.400 raciones y más de 500 kilos de fruta y verdura sin elaborar. El evento, con el que la capital aragonesa se ha convertido en la primera ciudad española en sumarse a esta iniciativa ya desarrollada en otras como París, Roma o Nueva York, esperaba superar el reparto de 5.000 raciones.

Con el lema 'Zaragoza no tira comida', más de 300 voluntarios han participado en este evento organizado por la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) y apoyado por el Ayuntamiento para concienciar a la ciudadanía de que cada año se tiran en España 7,7 millones de toneladas de alimentos, una cifra "escalofriante" que choca con los millones de personas en el mundo que pasan hambre.

En total, con la colaboración de distribuidores, supermercados y agricultores, se han recogido a lo largo de esta semana cuatro toneladas de alimentos en perfecto estado que iban a ser desechadas por exceso de producción o por no cumplir los criterios estéticos marcados para su comercialización.

Para cocinar todos estos alimentos y dar de comer a 5.000 personas, el reto marcado por la organización, se ha preparado un dispositivo que ha contado con la ayuda de la brigada de Aragón del ejército, que ha dejado para la ocasión dos carros-cocinas.

A lo largo de toda la mañana, trescientos voluntarios han preparado en estas cocinas militares los cuatro menús previstos a base de garbanzos, pasta, arroz y verdura en una plaza del Pilar donde ha habido también talleres para aprender cómo colocar los alimentos en el frigorífico para su mejor conservación.

Esta iniciativa, que se ha desarrollado antes en ciudades como Nueva York, Roma o París y que ha convertido a Zaragoza hoy en "la capital del mundo contra el despilfarro", ha querido poner el foco también en un efecto secundario que provoca el desperdicio de alimentos: la generación de residuos y su impacto en el medio ambiente.

Desde la FAS han querido cerrar ese "círculo" y, por eso, el menú se ha servido en "vajilla compostable" con la que generar después un residuo orgánico de calidad que se destinará a los huertos de los centros escolares de la capital aragonesa, ha afirmado Edurne Caballero, de esta Federación.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha destacado que esta iniciativa, promovida por la sociedad civil, favorece el comercio de proximidad y la huerta zaragozana y se enmarca en el objetivo de combatir el cambio climático y la desigualdad.

De los 7,7 millones de toneladas de alimentos desperdiciados en España al año el 40 % es desechado en la cadena de producción, un 15 %, en la restauración; un 5 %, en la distribución, y un 40 %, en los hogares, de los cuales la mayoría se tira a la basura sin haberse consumido, ha indicado Oriol Gavín, de FAS.