Alrededor de 4.000 personas se han concentrado hoy en la Plaza de Pilar de Zaragoza, frente al Ayuntamiento, para pedir "la paz y la palabra" y demostrar así a los dirigentes políticos que es necesario que dialoguen para buscar una salida al conflicto secesionista abierto en Cataluña.

Ha sido una concentración ciudadana en la que la mayoría de personas iban ataviadas de color blanco, con banderas y carteles de ese color, convocada desde las redes sociales y que en Zaragoza se ha desarrollado en un ambiente reivindicativo, pero festivo, en el mismo lugar en el que a las 21.00 horas de hoy comenzarán las Fiestas del Pilar de 2017.

"Por favor, haced política", "Perdonad que no me aliste con ninguna bandera", "Políticos: castigados al rincón de pensar" o "Quien no sepa dialogar que dimita" son los lemas que llevaban algunos de los concentrados, entre los que había personas de todas las edades, de muchos lugares de España e incluso familias enteras.

La madre de una de estas familias, Almudena, ha acudido a la concentración junto a su marido, Carlos, y sus dos hijos, Julián y Héctor, éste último de 16 años.

Se ha decidido a acudir, ha explicado a los medios de comunicación, porque está seguro de que hay gente que "quiere mediar" en el conflicto ante personas con ideas "muy contrarias" e incluso "muy extremas".

Algo que ve en su instituto, ha dicho, y por lo que siente mucha preocupación.

Su madre ha insistido en que hay que demostrar a los políticos que hay muchas personas que apuestan por el diálogo y por que las cosas vuelvan a un "cauce razonable".

"Vamos a parar esto desde la certeza de que hay que hablar y de que no vale volver a situaciones de fuerza".

Visiblemente emocionada se ha mostrado, sosteniendo la gran bandera blanca sin lemas que encabezaba la conversación, Olga, catalana de nacimiento y residente en Aragón desde hace 23 años.

Le temblaban las piernas al declarase, según ha confesado, "muy triste" por lo que está pasando en su tierra.

"Las banderas son lo peor que hay y por eso vengo de blanco", ha añadido, para después preguntarse por cómo puede ser que las dos partes en conflicto "no sepan cómo arreglar el problema" y que, a la vez, el resto de actores no paren de "meter más leña al fuego". Por todo ello, muchas familias "están divididas" en Cataluña, ha lamentado.

Miguel, un joven de Jaca (Huesca) que ha acudido solo a la concentración, ha mostrado su deseo de que finalmente "el Gobierno entre en razón".

Ha respondido a la llamada de las redes sociales para exigir "diálogo y paz" de momento, algo a lo que necesariamente le deberá de seguir "libertad".

Por su parte, Beatriz ha manifestado que "no hay derecho" a que en pleno siglo XXI y en una democracia al parecer "consolidada" se pongan sobre la mesa "posiciones totalitaristas".

Los ciudadanos, ha zanjado, no quieren sino "diálogo" y que se les escuche.