Viejas rencillas y la tensión acumulada durante años por distintas disputas provocaron el lunes un duro enfrentamiento entre vecinos en la constitución del primer concejo abierto en Obón tras las elecciones. La reunión terminó con un militante del PAR en el servicio de atención primaria de salud de Montesa, Teruel, con una posible fractura nasal y una denuncia presentada por agresión y amenazas de muerte.

La asamblea fue convocada por el alcalde del municipio, el socialista Miguel Villuendas Martín, para votar la aprobación de la sexta fase de la construcción del albergue municipal. El concejo empezó a las cinco de la tarde con la petición de palabra de José Albesa, vecino del municipio.

Albesa comenzó su intervención haciendo referencia a las irregularidades que asegura que se vienen cometiendo en el ayuntamiento desde hace más de veinte años. "Simplemente mostré mi negativa a que se aprobara la sexta fase de finalización del albergue por las malversaciones de fondos y demás corrupciones y el alcalde me cortó de plano y me retiró la palabra", aseguró.

Desde ese momento, la reunión se convirtió en un rifirrafe en el que volaron los insultos y las amenazas hacia este vecino y su compañero, Jesús Javier Andreu, militante del PAR. Después de que Albesa abandonara la asamblea, Andreu expresó también su voto negativo. "Yo me negué a votar a favor, entre otras cosas, porque pienso que antes había que aprobar las actas pendientes para la formación del nuevo ayuntamiento y entonces comenzaron a insultarme y amenazarme", explicó.

En ese punto, según relató este vecino, se le acercó uno de los asistentes, identificado con las iniciales M. R .F. en el parte judicial redactado en el centro de salud. "Me empujó, yo le devolví el empellón y entonces me propinó un golpe, caí y ya no recuerdo más porque quedé casi inconsciente", concluyó Andreu.

La "providencial" llegada de la Guardia Civil "evitó males mayores", según aseguró Albesa, que regresó corriendo cuando escuchó el alboroto que se formaba en el lugar de la reunión. "Los guardias tuvieron que utilizar las porras de forma disuasoria para evitar que siguieran golpeando a mi compañero e incluso el alcalde se negó a que usáramos su teléfono para llamar a la ambulancia", denunció.

El primer edil de Obón, Miguel Villuendas, desmintió este hecho. "Incluso pedí a los agentes de la Guardia Civil que llamaran a Urgencias para que presionaran más de lo que yo podría haber hecho", aseguró. Villuendas negó que hubiera insultos o amenazas y afirmó que fue Andreu el que comenzó la discusión y se lanzó en primer lugar a las manos. "Yo no estuve presente durante la pelea, ya que se produjo en la puerta del ayuntamiento, pero mi mujer, que estaba fuera, incluso le ofreció a este hombre algodón para que se limpiara la herida", explicó el alcalde.