El rechazo a la violencia se hizo ayer visible en el barrio Oliver. Cerca de 1.500 vecinos, según fuentes policiales, salieron a la calle para denunciar la situación de inseguridad a la que se enfrentan desde hace más de medio año. Bajo el lema Por un barrio digno donde se pueda vivir sin miedo, los residentes destacaron el cambio radical que ha experimentado la convivencia desde la llegada en abril de un clan de etnia gitana, que ha agredido en varias ocasiones a ancianos.

El último de estos altercados tuvo lugar el viernes de la semana pasada cuando una anciana de 86 años fue atracada por el método del tirón, robo que provocó su caída. Los servicios sanitarios la trasladaron a un centro hospitalario donde permanece ingresada con un hematoma cerebral y un brazo roto.

Los vecinos denuncian que un clan de etnia gitana se instaló en el barrio y desde entonces se han producido ya 16 altercados en el barrio. Al parecer, según explicaron vecinos del sector a este diario, las familias fueron expulsadas de Casetas, barrio donde antes residían, por haber cometido varios delitos. Ahora, en Oliver los menores de esta familia, sobre todo, son los que se están enfrentando a los residentes.

Según la Policía durante la manifestación hubo pequeños altercados con grupos de etnia gitana y algunos corrillos, mientras pasaba la procesión de vecinos, pidió "más violencia" a gritos. Algunos de los chavales que participaron en las agresiones estuvieron presentes ayer en la manifestación, observando la protesta desde la distancia.

AGRESIONES

Antonio García Moreno, vicepresidente de la Plataforma de Vecinos Unidos, recalcó que a pesar de la presencia policial que el Ayuntamiento de Zaragoza incrementó en el sector, continúa la "inseguridad", porque "las agresiones por parte de menores son continuas". Desde la plataforma consideraron que el problema se solucionaría "localizando a estos menores y mediando con las familias", algo que ya se han propuesto desde la Federación de Asociaciones Gitanas de Aragón (FAGA). "Queremos evitar que esto vaya a más, que no vuelva a ocurrir", dijo García. García reclamó a los familiares de los menores involucrados en los altercados que "hagan mayor hincapié en su educación o en su forma de estar".

La última ocurrencia de los chavales, y que se ha vuelto cada vez más frecuente, según explicaron desde la plataforma, ha sido sentarse en los pivotes de granito situados en el corredor verde. Allí, los menores esperan a que pase un coche, taxi o bus para "hacer de recortadores". "algún día habrá un atropello y estaremos hablando de males mayores", lamentó García.