En el mes de julio de hacer ahora 17 años, en la antesala de que el ministro Jaume Matas presentara su anteproyecto de trasvase del Ebro, la vicepresidenta de la UE y comisaria de Transportes, Loyola de Palacio, correspondía a una vieja invitación: pasar un fin de semana en Aínsa y después en la Galliguera, para conocer ahí de primera mano las reivindicaciones de aquellas gentes, que ya entonces estaban amenazadas por la construcción del embalse de Biscarrués, que inundaría sus valles.

En las innumerables negociaciones que había mantenido durante su etapa anterior como ministra de Agricultura, sugirió a uno de los que encabezaba la oposición a los grandes embalses, Pedro Arrojo, visitar la zona y conocer de primera mano aquellos recursos naturales que, según le decían los opositories, salvaban de la despoblación a varios miles de personas que hacían del deporte de aventura y los aprovechamientos del río su medio de vida. «Quiero conocer la zona, me invitaríais a pasar un fin de semana?», preguntó a Arrojo. «Por supuesto, y le invitamos a hacer ráfting para que conozca bien el río», le espetó Arrojo. Dicho y hecho, la política popular viajó en cuanto pudo y se enfundó el neopreno, el chaleco y los remos y comprobó con un grupo de activistas las opciones que daban riqueza a la zona.

«Loyola era una mujer dialogante, en un Gobierno de Aznar muy duro y poco dado al diálogo, acababa de conseguir la mayoría absoluta y no escuchaban a nadie. La comisaria sí lo hizo, y me consta que sus declaraciones no sentaron del todo bien a sus jefes», rememora Arrojo, que estos días pasados a vuelto a cursar invitación a la actual ministra, Isabel García Tejerina.

En efecto, la prensa de la época recoge la defensa que hizo Loyola de esos recursos. «Hay que ser realistas y explotar el potencia d e cada lugar. Claro está, que se puede dar un desarrollo de tipo agrario asociado al propio paisaje y el entorno, que puede dar lugar al surgimiento de pequeñas industrias vinculadas a productos de calidad, naturales y un desarrollo asociado al turismo», aseguraba la malograda política en una entrevista al Diario del Altoaraón en julio del 2000.