El Gobierno de Aragón diseñó en el 2005 una red de hospederías --inspirada lejanamente en los Paradores Nacionales-- con las que pretendía crear una malla de alojamientos en edificios históricos y emblemáticos en lugares pintorescos y en vías de desarrollo turístico. La intención era que sirvieran de motor y dinamizador de la economía generalmente en comarcas con escasos recursos o potencial. Las hospederías eran hoteles de gama media-alta que además debían ofrecer un servicio de restauración aceptable.

Trece años después de aquella iniciativa, son ocho las hospederías que hay en Aragón, con desigual resultado. Mientras que hay cuatro --gestionadas por la empresa Manzana Plus-- que son fuente de problemas y o no funcionan o hay una mala gestión, otras cuatro funcionan aceptablemente, con un grado de ocupación similar a la media o incluso superior. El balance que hace el director general de Turismo del Gobierno de Aragón, Jorge Marqueta, es agridulce: «Estamos satisfechos con el funcionamiento de las hospederías de Loarre, Roda de Isábena, Camarena de la Sierra y Allepuz. Todas ellas tienen una buena ocupación y gozan de la confianza del Ejecutivo autonómico, que incluso se plantea la posibilidad de establecer estrategias conjuntas que permitan relanzarlas. «Se trata de que no paguen justos por pecadores, ya que hay familias que gestionan con brillantez y con esfuerzo las hospederías, que merecen un plan de comercialización», indica Marqueta.

Hay otras dos que no están gestionadas por empresas, sino que la titularidad es municipal. Esto hace que su funcionamiento también sea positivo. Es el caso del Mesón de la Dolores, en Calatayud; y la hospedería de Sádaba. En el caso de la primera, la oferta gastronómica de su restaurante ha sido fundamental para su éxito.

Los problemas comienzan cuando se habla del resto de hospederías, gestionadas por el grupo Manzana Plus tras haber sido la adjudicataria en la pasada legislatura y cuya gestión está judicializada por el Gobierno de Aragón. La situación crítica de estas hospederías, según el Ejecutivo autonómico, afecta a las de San Juan de la Peña, la Iglesuela del Cid, el monasterio de Rueda y la de Illueca.

Cada una de ellas tiene una situación especial y son objeto de preocupación para Turismo de Aragón, que está a la espera de que se resuelvan los pleitos judiciales en unos casos y el fin de los contratos en otros para tomar decisiones que relancen esta red de alojamientos.

Caso paradigmático

El caso del Monasterio de Rueda es paradigmático. Actualmente no existe la hospedería, cuyo cierre está judicializado desde el 2 de enero de 2017. El Gobierno trató de llegar a una solución conveniada con la empresa, pero fue imposible. La primera vista se celebrará el 30 de enero de 2018. El Ejecutivo reclama en torno a 400.000 euros, por el lucro cesante, bienes materiales que han sido rotos o faltan de las dependencias y también reclama daños y perjuicios. Según aseguran, está en un estado de conversación pésimo, sin respeto al patrimonio del entorno y, a pesar de los numerosos requerimientos para que la concesionaria devolviera las instalaciones, esto no ocurrió hasta marzo del pasado año. Un ejemplo del desdén con el que se trató esta hospedería, en un entorno de alto valor patrimonial: la cilla del monasterio se había adaptado como sala de fiestas. Con el monasterio rehabilitado, la hospedería está cerrada a la espera de que se reconsidere la oportunidad de reabrirla.

Caso bien distinto es el de la Iglesuela del Cid, que funciona con éxito pero que no paga al Gobierno de Aragón tras haberse acabado el contrato el pasado 20 de julio y haberse declarado en concurso de acreedores unos días antes. Esta hospedería, que se ha beneficiado de fondos Fite, es paradójicamente la que tiene más éxito. Hasta que el juez decida, los antiguos propietarios no han abandonado el inmueble, pero no paga ni la concesión ni los gastos de mantenimiento. Lo mismo sucede con la hospedería de Illueca, gestionada además por la misma empresa. En este caso, la compañía puso un cartel de cerrado por vaciones el pasado mes de noviembre.

Con más de cien mil visitas al año, el Monasterio de San Juan de la Peña tiene su propia hospedería, gestionada también por Manzana Plus, con contrato vigente. La intención del Ejecutivo autonómico es no renovarlo, ya que tampoco está satisfecho con el resultado de la gestión.