La inquietud se ha adueñado de los habitantes de dos zonas del norte de las Cinco Villas y de Navarra. Una empresa denominada Geoalcali ha anunciado su intención de abrir una mina de potasa (un elemento utilizado sobre todo en la elaboración de fertilizantes) a caballo de Sangüesa, Los Pintanos y la Val d'Onsella.

La idea de los promotores de la explotación, que hablan de crear un número indeterminado de puestos de trabajo, es extraer potasa de la sierra que separa el territorio de Los Pintanos del embalse de Yesa, al norte de la provincia de Zaragoza, y tratarla industrialmente en una planta de transformación que se abriría en Sangüesa, en la Comunidad Foral. "Nos oponemos rotundamente al proyecto", subraya Eduardo Morales, miembro de la Plataforma No a la Mina de Potasa, que aunque vive en Sangüesa es originario de Los Pintanos. "La mina está planteada de tal forma que tendrá un efecto muy negativo en el paisaje y el medio ambiente de Aragón, mientras que el beneficio se quedará en Navarra", apunta. Según Morales, está previsto que la bocamina, las escombreras y el movimiento de camiones se lleven a cabo en la zona aragonesa. "En cambio, los puestos de trabajo, que van de 100 a 500, se crearán en la planta de transformación de Sangüesa".

Uno de los pueblos más afectados por el plan minero sería Lobera de Onsella, que, en tanto que municipio, no forma parte de la plataforma. Su alcalde, Francho Chabier Mayayo, critica la "falta de información" que rodea al proyecto. Sí se sabe, sin embargo, que la bocamina estaría en su término y que, en distintas fases, se excavarían dos galerías, una en la zona de Yesa y Javier, en Navarra, y otra en Los Pintanos y la Val d'Onsella, entre Lobera y Longás.

La empresa Geoalcali, según los opositores al proyecto, ha calculado la inversión de forma que Aragón se verá muy perjudicada, al tiempo que Navarra se quedará con los réditos de la operación. "Evidentemente, quieren instalar la planta transformadora en Sangüesa por la baja fiscalidad de Navarra", señala Morales. En cambio, para las excavaciones la sociedad minera ha elegido una zona de Aragón muy despoblada y envejecida con el fin de evitar una fuerte contestación social.

"En la sierra del Perdón, en la Cuenca de Pamplona, han intentado hacer la misma jugada, pero se han encontrado con una fuerte oposición de la opinión pública, de todos los vecinos de la zona", según el miembro de la plataforma.