El Premio Medio Ambiente de Aragón del año 2000, Domingo Esteban, falleció ayer en su casa de Zuera tras padecer una larga enfermedad coronaria. Este gran luchador del movimiento vecinal y defensor a ultranza de los montes de Zuera deja tras de sí una huella profunda en el mundo del conservacionismo naturalista, que ayer se consternó tras conocer la noticia. El entierro será a las 16.00 horas de hoy en Zuera.

"No es sólo un amigo el que se va sino todo lo que significa ... son más de 20 años dedicados exclusivamente a la reforestación con tanto esfuerzo que ha dejado su salud en ello. Sin embargo, nos ha dejado una huella tan profunda que jamás le olvidaremos, porque él nos ha enseñado todo lo que sabemos", se lee en el comunicado enviado por los socios y simpatizantes de Bosques Mediterráneos, de la que él era presidente de honor.

"Estábamos preparando un homenaje en la Asociación de Vecinos del Picarral para agradecerle los más de 100.000 árboles que se han plantado gracias a él. La cartilla didáctica que publica la asociación se dedicaba en esta ocasión a él, a su labor didáctica y a su lucha vecinal que encabezó", añadieron desde esta asociación vecinal y de Ecologistas en Acción.

Domingo Esteban nació en Lécera, aunque desde joven vivió en Zuera. Albañil de profesión y jubilado desde hace años, llevaba desde los 70 repoblando, de manera desinteresada, los montes de Zuera quemados por el fuego. "Siempre he encontrado personas que han colaborado conmigo, porque el hombre, igual que es capaz de destruir, lo es de construir", afirmaba.

Su ímpetu consiguió paralizar la roturación prevista en estos montes para transformarlos en campos agrícolas, y su iniciativa llevó a repoblarlos. En la actualidad, tenía preparados 4.000 ejemplares en su vivero para reforestar. Su plantación será otro homenaje.