Doce rescates en menos de 48 horas en el Pirineo aragonés, entre los que resalta el fallecimiento de un montañero en Benasque tras caer al río por un agujero de nieve. Unas cifras que denotan que el buen tiempo del fin de semana ha animado a los amantes de los deportes de altura a disfrutarlos, aunque estas altas temperaturas conlleven un aumento del peligro.

La víctima mortal es un hombre de 36 años y de origen madrileño que murió cuando practicaba snowboard. Al parecer, la nieve cedió en la parte por la que discurre el río y cayó por una cavidad sobre el cauce y la corriente lo arrastró unos 100 metros.

La Guardia Civil recibió una llamada en la central 062 procedente del refugio de la Renclusa, sobre las 12.00 horas, en la que se informaba que una persona había caído por un agujero existente en la nieve y que había desaparecido. Inmediatamente acudieron al lugar el helicóptero de la Unidad Aérea de la Guardia Civil de Huesca, GREIM de Benasque y médico del 061, y los miembros del Greim han tenido que realizar un agujero en la nieve de unos dos metros, ya que el accidentado había caído por un agujero sobre el cauce del río. Los agentes tuvieron que anclarse con cuerdas para bajar y recuperar el cuerpo sin vida del montañero.

El cadáver fue trasladado en helicóptero de la Guardia Civil hasta el Hospital Comarcal de Huesca a la espera de que se le realice la autopsia, en un asunto que entiende el Juzgado de Instrucción de Boltaña.

Por otra parte, la Benemérita llevó a cabo otros tres rescates leves, en la zona de Santa Orosia (Yebra de Basa), una mujer lesionada en un tobillo, en el que intervino la Sección de Montaña de Jaca y dos en la Sierra de Guara, a los que acudió el helicóptero de la Guardia Civil, EREIM de Huesca y un médico de 061, que asistieron a una barranquista con posible esguince de tobillo en el barranco Formiga y a otro excursionista en Rodellar que se había lesionado en un tobillo tras saltar a una poza y golpearse con una roca.

El viernes, tal y como destacaron desde el instituto armado, también fue una jornada intensa. Auxiliaron nada menos que a ocho barranquistas franceses en diferentes zonas del Pirineo oscense.

En uno de los casos, la llamada de socorro la hizo una mujer que iba acompañada de cuatro menores. Se habían quedado atrapadados en el barranco de Miraval (Puértolas) a primera hora de la mañana, si bien no pidieron ayuda hasta las 23.45 horas. Ninguno revistió gravedad.