La Guardia Civil rescató en la tarde de ayer el cadáver de un montañero navarro de 53 años, identificado con las iniciales J. L. A. A., que falleció sepultado por un alud entre la tarde del domingo y la mañana de ayer en la ladera este del pico Petrechema, en el término municipal de Ansó. El cuerpo se encontraba bajo un metro de nieve a unos 2.000 metros de altura en el citado monte.

El Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de Jaca recibió el aviso del Centro de Emergencias a las 16.10 horas de ayer, cuando la familia de la víctima, vecino de Isaba (Navarra), denunció su desaparición. El hombre dejó el coche en el refugio de Linza --punto habitual para iniciar la ascensión-- el domingo, pero no acudió al trabajo ayer por la tarde, como se esperaba. Tenía intención de realizar una travesía por los picos Ezkaurre y Anie.

Tras la activación del protocolo de rescate, un helicóptero medicalizado localizó un alud reciente de unos 300 metros de largo y 180 de ancho en la cara este del pico Petrechema, en el que distinguieron parte del cuerpo del montañero. Luego, con ayuda del perro de búsqueda en avalanchas del Equipo de Montaña de Panticosa, rastrearon el lugar por si hubiese otras víctimas, pero no encontraron ninguna.

Finalmente, el cadáver del montañero navarro fue rescatado y trasladado a Jaca. En la operación participaron también equipos de rescate navarros de El Roncal y el helicóptero de emergencias de SOS Navarra.

Fuentes del Ayuntamiento de Isaba aseguraron a Efe que el fallecido era un montañero experimentado que conocía la zona del Pirineo situada entre los límites de Aragón y Navarra a la perfección, pero al parecer el alud le sorprendió en plena travesía, sin que pudiera hacer nada para salvarse.

Por otro lado, ayer se conocían los detalles del rescate de una esquiadora el domingo en los lagos de Paderna, en Benasque. Al parecer, se trataba de una barcelonesa de 30 años, A. L. A., que descendía el pico de Las Maladetas --fuera de pista-- cuando se lesionó la rodilla. El equipo de rescate de Benasque acudió con el helicóptero, pero les fue imposible aterrizar en la zona debido a las fuertes rachas de viento. El médico y el especialista tuvieron que bajar en una zona alejada, acercarse a a pie por terreno nevado y llevar a la mujer en camilla a hombros al helicóptero.