La joven de 15 años que denunció que estaba siendo obligada a prostituirse en Huesca y que derivó el pasado martes en la detención de un matrimonio y de su nieta, tal y como adelantó este diario, estaba siendo buscada por la Policía, después de que la madre de la menor denunciara su desaparición.

Fue reconocida por una agente de la comisaría de Huesca al verla sentanda en la sala de espera de esas dependencias. Allí acudió junto a la joven de 19 años, A. B. S. que, presuntamente, la obligaba a mantener relaciones sexuales con hombre bajo amenazas de muerte. Paradógicamente, fue allí instigada para que comunicara a la Policía Nacional que estaba siendo maltratada por sus progenitores. Momento que aprovechó la menor para decir que estaba siendo explotada sexualmente.

En su declaración, a la que tuvo acceso EL PERIÓDICO, la joven afirmó que conoció a A. B. S. en la capital aragonesa y que la invitó a ir a Huesca y residir en el domicilio de sus abuelos, A. B. G. y J. S. S., que fueron posteriormente arrestados. Allí se consumaron las relaciones sexuales, según ella.

SIN NADA

La menor llevaba casi un mes desaparecida de su vivienda. Admitió que se marchó «con lo puesto, sin dinero, ni documentación» y que en un primer momento estuvo con una amiga de 14 años y que luego estuvo con otra que fue la que le presentó a la joven de 19 años que fue arrestada. «Me dijo de ir con ella de vacaciones y yo acepté», aseguró, mientras reconocía que fue esta chica la que le advirtió que si iba podía ser obligada a prostituirse, tal y como una vez se lo ofreció a ella. No le creyó y no dudó de trasladarse a la capital oscense, puesto que no tenía otro lugar en el que vivir mientras mantenía su fuga de casa.

A los dos días de residir en Huesca, A. B. S. le dijo, según declaró, que «para estar allí tenía que trabajar como chica de compañía, que ella iba a ser la jefa y que le tendría que hacer caso en todo». «Le dije que no, pero me amenazó con matar a mi familia porque tenía una pistola y conocía a un colombiano que podía hacerlo», afirmó.

La joven también dijo que el matrimonio de 59 años, A. B. G. y J. S. S., la controlaba de tal manera que no la dejaban salir sola de la vivienda. Asimismo, le quitaron el móvil que llevaba encima, por lo que no podía pedir ayuda a nadie. A esta situación, la denunciante añadió que un día tuvo la oportunidad de coger el teléfono de A. B. S. y ver el Instagram de una amiga a la que la propietaria del terminal le había dicho, a través de la red social, que la menor se había quedado embarazada y que se había ido con el padre del niño a Madrid de forma voluntaria, que no la buscaran.

El matrimonio y la nieta, tras declarar auxiliados por el abogado Alejandro Giménez, fueron puestos en libertad provisional por estos hechos.