"Mi mujer pidió la dependencia y se la concedieron, pero no hemos visto ni un euro en cuatro años", decía ayer Jesús Cabezas a las puertas de los juzgados de Zaragoza. "Ella tiene 80 años, una dependencia del 100% y requiere una atención de 24 horas. Ahora me ofrecen este servicio privado, pero ya todo me parece mentira. No me creo nada después de tantas promesas y no me fío", dijo.

A Jesús le acompañó ayer su hijo. "Todo esto me parece un despropósito. Los hijos ayudamos a mis padres todo lo que podemos, pero tenemos que trabajar y no disponemos del tiempo suficiente. La ayuda es necesaria", señaló.