Que la Facultad de Filosofía y Letras se resquebraja poco a poco es tan cierto como que el Ebro pasa por Zaragoza. El edificio aguarda entre sus paredes mucha historia, pero también el hartazgo y el hastío de unos estudiantes, de unos profesores y de un personal del centro que ayer, por enésima vez, quisieron decir basta.

Más de 500 personas unieron sus voces a las puertas de la Facultad de Filosofía y Letras por el objetivo común de reclamar «una reforma ya». En torno a las 12.30 horas, todos ellos coparon las escaleras del centro y los alrededores al grito de ¡No hay derecho, no tenemos techo!

Desde allí clamaron contra unas mejoras que, sean cual sean los plazos finales, se acorten o se alarguen las obras, ya llegan tarde. «Aquí estamos una vez más», dijo el decano Eliseo Serrano como muestra de que no era la primera vez que optaban por una concentración.

«Queremos soluciones, no promesas. Queremos una facultad digna y no estamos aquí como un gesto simbólico, sino porque la indignación que sentimos nos hace estar aquí unidos para pedir una solución», expresó, micro en mano, Paco Lujan, representante de los estudiantes del centro.

A su alrededor, pancartas que decían No somos ciudadanos de segunda, No más derrumbes o No queremos tener miedo. Tampoco faltaron los cascos de obra y de bici entre los alumnos que, en tono irónico, quisieron protegerse por si se producía cualquier desprendimiento.

«Estamos trabajando en un centro que no reúne las condiciones para hacerlo, lo que perjudica la propia aceptación de las Humanidades. Además, no se puede dar una educación de calidad en unos edificios del siglo XIX», dijo el decano de Filosofía, Eliseo Serrano. Y es que del lado de los jóvenes estuvieron todos los profesores de la facultad, algún decano de otras, como Luis Oriol (Ciencias), y representantes del rectorado de la Universidad de Zaragoza como el vicerrector de Infraestructuras, Francisco Serón, o el vicerrector de Internacionalización, Francisco Beltrán, que se posicionaron tras una gran pancarta que rezaba: DGA: Queremos reforma ya

Los estudiantes, que son el alma de este edificio y de las diez titulaciones que se imparten en él, ya han dejado clara su postura (una vez más), entre la que hay mucho excepcitismo. Expcepticismo ante las noticias de la última semana, donde se ha dejado patente por parte del Gobierno de Aragón y de la Universidad de Zaragoza de que las obras empezarán en el 2018. «Se hizo la Facultad de Derecho, la de Educación y se han arreglado otras cosas. Somos el último vagón y estamos hartos», gritó un estudiante al término de la concentración. Acto seguido, aplausos.

Espectador de lujo de esta protesta fue el edificio de Filosofía, diseñado en los años 50 y por el que ayer dieron la cara más de 500 personas en busca de un lavado de imagen. Mientras eso llega, sus paredes se abren, sus techos se caen y la llegada del invierno avecina malos tiempos.