Un centenar de alumnos del instituto zaragozano Miguel de Molinos se concentró ayer a las puertas del centro para denunciar el mal funcionamiento de la calefacción en el centro y exigir una solución «inmediata» al Departamento de Educación.

El problema afecta a uno de los dos edificios del instituto que se calienta a base de bombas de calor, un sistema que el centro considera insuficiente y que lleva años provocando bajas temperaturas en aulas de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato. «Hemos llegado a estar a 14 grados. No nos quitamos el abrigo desde que entramos hasta que salimos», asegura Sara Rodríguez, una de las portavoces de los alumnos, que, además, subraya que estas bombas «fallan continuamente».

La situación ha empeorado en los últimos años, hasta el punto de que los estudiantes han decidido plantarse y, como hicieron ayer, dejar de ir a clase durante unas horas. «Y vamos a seguir haciéndolo hasta que nos den una solución», advirtió Laura Solana, estudiante de 1º de Bachillerato.

Y eso que los técnicos están tratando de arreglar las bombas de aire estropeadas. Asimismo, la DGA ha dispuesto un pequeño número de calefactores que, sin embargo, tampoco contribuyen a mejorar las condiciones en clase. «Cuando se encienden, los plomos se disparan y no se pueden usar ordenadores ni proyectores», indicaba Martín Ruiz, que resaltaba el apoyo del centro.

Adriana García, también de 1º, aseguraba que «no salgo de un catarro y me meto en otro» y advertía, al igual que Alfonso López, que «tenemos que estar con abrigos, mantas o guantes. La situación es precaria».

La concentración contó también con la participación de los padres, como Lola Abadías. «Mi hija dice que le tiembla la mano al escribir. Este edificio --sede de información y turismo en la Expo-- no está preparado para dar clase», sostiene.