"La lealtad, la cortesía, el honor, la delicadeza. Para encontrar esos valores una novela de aventuras hay que trasladarse al pasado". Claudia Casanova (Barcelona, 1974) recrea el año 1174 en el Norte de Francia, en ese lugar en donde surgen las cortes literarias en la tradición europea del amor cortés, en su novela La dama y el león (Planeta) presentada en Zaragoza.

Claudia Casanova es traductora: "Empecé a traducir textos de medievalistas franceses, de Charles Lerraut, Georges Duby y ahí me enamoré de ese siglo XII, donde encontré una etapa muy rica, llena de matices, de oscuridad".

La protagonista de la novela es una mujer, Aalis de Saint-Noire, a la que obligan a un matrimonio que no quiere (del que depende la paz entre Francia e Inglaterra) y escapa, Ese es el inicio de la acción, de una serie de persecuciones y de personajes que la ayudan. Aventuras en las que la posición del caballero está ocupada por una mujer.

"Ella no empieza siendo guerrera, lo que sería muy artificial, sino que es una novela de crecimiento, hay una gradación. Ella, al principio, acepta lo que le dice el padre, pero cuando le cambian el novio por un hombre mayor, elige la libertad. Esa toma de conciencia es progresiva, no automática", señala Casanova.

La elección de la época no es casual. El siglo XII fue un siglo luminoso en medio de la tenebrosa Edad Media, tanto por aflorar una valoración galante de la figura femenina, como una tradición literaria que nace en el Norte de Francia y atraviesa toda Europa. Es entonces cuando la condesa María de Champaña es la mecenas de Quentin de Troyes, el creador de las novelas de caballerías tal como las entendemos.

"Las novelas de aventuras las leemos de jóvenes y todos volvemos a ellas. Porque hay esos valores, quizá a veces ingenuos, pero en los que nos gusta creer", explica Claudia Casanova, quien no hace, además, ninguna concesión al ocultismo de moda en la novela histórica. Aalis de Sant-Noire pasa por un monasterio desde donde huye disfrazada de monje a Chartres.

La dama y el león está escrito con una forma de narrar que "siempre quiere contar una historia que vaya arrastrando al lector". Junto a la protagonista, afloran personajes como un novicio templario con su ansia de libertad y de amor, el capitán de la guardia o los dos monarcas en pugna: el Plantagenet británico y el rey francés.Cualquiera de ellos aspira a alcanzar la categoría de ser el león del título.