El último tiroteo en Zaragoza ocurrió en noviembre de este año en la calle San Antonio Abad. Esta vez no fue por una discusión entre familias, sino durante un pase de drogas. Como consecuencia, el supuesto camello recibió un disparo en la pierna, si bien no le costó la vida. El autor del mismo fue detenido al mes siguiente en Sevilla, ciudad en la que residía. No es la primera transacción de drogas que acaba mal en la capital aragonesa. En el barrio de Delicias murió Lamine Gueye, el senegalés que fue atado y golpeado por dos de sus clientes que querían arrebatarle sin pagar la marihuana que habían ido a buscar. Por este crimen fue condenado a cinco años, por lesiones por imprudencia, Brayan Millán Gálvez, y su hermano menor, J., a otros siete en un centro de reclusión. Otro ocurrió en la calle Doce de Octubre, en 2011. En este caso, la víctima sobrevivió a dos disparos, uno de ellos en el abdomen. El autor de los disparos fue condenado a siete años de prisión.