«La unidad de cuidados paliativos debe ser puntera en la atención, tanto a los pacientes como a los familiares, que bastante angustia y sufrimiento tienen de ver cómo desaparece una persona querida. Por eso, no nos parece que, en este caso, la forma de proceder haya sido la adecuada». La denuncia procede de Francisco Javier, que el pasado día 19 perdió a su hermana María Josefa, que, una semana antes de morir, había sido trasladada a su domicilio desde el hospital Miguel Servet de Zaragoza tras quince días ingresada en la planta de Digestivo del centro hospitalario de la capital aragonesa.

«Antes de salir del hospital se le aseguró que los cuidados paliativos, a través del Equipo de Soporte y Atención Domiciliaria (ESAD) se le suministrarían perfectamente y que se personarían en el domicilio, dando teléfonos de día y de urgencias, a través del 061», recuerda Francisco Javier. Sin embargo, el día 13 -uno después de ser trasladada a casa- la familia se llevó una desagradable sorpresa. «Se personaron y dejaron una serie de productos y medicamentos (Midazolam, Tramadol y Buscapina) para administrar por los familiares, con una mínima indicación. Todos ellos son complejos, muy fuertes y drogas, para administrar por personas legas y de difícil entendimiento en administrar según la situación, sin capacidad de discernir unos estados de otros», lamenta el familiar de la fallecida, que ha remitido esta denuncia al Salud.

Dos días antes de morir, María Josefa empeoró. Había entrado en coma hepático. «Llamamos al 061 y nos dieron una atención muy buena», recuerda su hermano. Sin embargo, el mismo día 19, la familia se topó con otro problema. «Llamamos a los servicios sanitarios del ESAD porque veíamos que la enferma estaba con mucho desasosiego y no sabíamos bien qué administrar. Se nos dijo que estaba concertada visita para el día 21 de junio y que llamásemos al médico de familia, en el consultorio de Sagasta». Así lo hicieron, pero «se nos dijo que llamásemos al ESAD y lo volvimos a hacer, pero volvieron a emplazarnos al día 21». La familia denuncia que María Josefa «falleció sin una asistencia sanitaria adecuada y sin saber administrar qué producto».

CORRECCIÓN // Por todo ello, sus familiares critican el funcionamiento de este servicio, «la puesta a disposición de unos familiares muy angustiados una serie de productos altamente peligrosos y sin disponer de conocimientos para saber cuándo y cómo administrarlos y, en general, no cumpliendo lo que se nos dijo en cuanto al funcionamiento de esta unidad». Además, añaden en este sentido que «se nos dijo que acudiría un psicólogo, cosa que no sucedió en ningún momento».

En todo caso, Francisco exige, más allá de la denuncia, la «corrección de todas estas actuaciones» para que no haya «tanto sufrimiento en familias como nosotros».

Fuentes del Departamento de Sanidad destacaron el buen funcionamiento, en líneas generales, del ESAD. «La satisfacción es alta», aseguraron estas mismas fuentes.