El pabellón Siglo XXI de Zaragoza cambió por un día los balones y las porterías y le dio todo el protagonismo a los más pequeños. Las secciones infantiles de 19 cofradías, en total 639 niños (como máximo de 14 años) hicieron disfrutar con sus tambores a las casi 3.000 personas que llenaban el pabellón Siglo XXI. Dejaron fuera sus nervios al entrar en el parquet y dieron el do de pecho.

La exaltación, organizada este año por la Cofradía de Cristo Abrazado a la Cruz, se convirtió en una gran fiesta que sirvió como preludio al concurso de adultos que tendrá lugar mañana en el pabellón Príncipe Felipe. Por los pasillos de entrada a la pista, los nervios y los gritos eran las notas predominantes. Participantes y responsables deseaban que comenzara el espectáculo. Ana Catalán, de 13 años, actuaba por octava y última vez con el grupo de la Cofradía de Jesús Nazareno. Aseguró que es la vez que más nerviosa estaba y que esperaba que saliera "mejor que en los ensayos".

Mucho más tranquila estaba Sara Centro, de la cofradía organizadora. Recordó que siempre llegaban a ensayar antes que los mayores y se mostró absolutamente segura de que les iba a salir "muy bien". Su madre, Amor Numancia, es también la responsable del grupo. Estaba mucho más tensa que los propios niños y, a minutos de poner en escena lo preparado, recordó los ensayos con frío, lluvia y viento. "Esta es la recompensa", dijo.

"La marcha que tocamos es muy chula y seguro que sale bien". Así de claro lo tenía Izarbe Marqués de la Cofradía del Prendimiento del Señor. Con risa nerviosa señaló que habían ensayado "muchísimo" y que confiaba en sus compañeros.