La novedosa técnica de la electroporación irreversible, que consiste en la destrucción de las células tumorales mediante «corriente eléctrica de alto voltaje», podría llegar a Aragón en los próximos años para tratar tumores hepáticos y pancreáticos en los que, hasta el momento, es imposible aplicar cirugía debido a su complejidad.

Al menos esa es la propuesta que se va a lanzar desde el servicio de Cirugía del hospital Royo Villanova de Zaragoza, dirigido por Juan Luis Blas, quien ayer participó en una jornada sobre esta práctica. «Es un avance muy importante y mi idea es poder abordar el tema con oncólogos y radiólogos del Servet y del Clínico para crear un grupo de trabajo y poder evaluar, en el comité de tumores, casos que se nos den en Aragón para ver si podríamos aplicar este tratamiento», explicó a este diario el doctor Blas.

La técnica se está utilizando en algún hospital de España, pero no está extendida y en Aragón no se practica. «Es una terapia ablativa que permite preservar los vasos, los nervios o los conductos biliares. Solo muere la célula al ser quemada por la corriente eléctrica, por lo que se puede aplicar a tumores de localización comprometida. En estos actualmente no se puede intervenir porque las fibras no están aisladas y son afectadas. La eletroporación irreversible es una puerta a la esperanza», señaló Blas.

Los principales casos donde se podría aplicar son en cáncer de páncreas localmente avanzado; en tumores hepáticos primarios y metastásicos que estén cerca de estructuras vasculares importantes o en tumores endocrinos de páncreas. «Varios estudios han mostrado su eficacia y, en algunos casos, la supervivencia se puede alargar hasta casi tres años», explicó Blas. «Es un tratamiento caro. En Inglaterra cuesta 14.000 libras y aquí en España 12.000 euros. En cualquier caso, podría ser aplicado a la sanidad pública. Hay que tener en cuenta que se trata del único recurso al que pueden acceder estos pacientes graves», dijo.