La nueva unidad de cuidados paliativos pediátricos, que ya lleva unos días funcionando coordinada desde el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, atenderá a unos 200 niños al año, de los que aproximadamente la mitad requerirán de tratamientos más complejos.

Así lo ha explicado la doctora Victoria Caballero, una de las encargadas de la unidad, quien ha definido los cuidados paliativos pediátricos como una asistencia "activa, continua e integral" que no sólo se circunscribe al ámbito médico, sino que también abarca el psicológico, espiritual o social.

Estos tratamientos podrán ser exclusivamente paliativos o estar combinados con curativos o modificadores de la enfermedad y no se centran únicamente en la fase final de la vida o de las enfermedades, sino que constituyen un apoyo tanto a las familias como a los profesionales, ha señalado.

El 70 por ciento de los pacientes reside en Zaragoza y periferia, mientras que el resto procede de los sectores sanitarios de Huesca, Teruel, Barbastro, Calatayud y Alcañiz.

El sistema está basado en una unidad central en el Miguel Servet, en la que todos los profesionales se dedican íntegramente a los cuidados paliativos pediátricos, formada por dos pediatras, dos enfermeras, una trabajadora social, una psicóloga, una farmacéutica y una musicoterapeuta que realiza trabajo domiciliario.

Los cuidados se dan tanto en consulta, como en niños hospitalizados y en los casos de hospitalización domiciliaria, mientras que en el resto de los sectores habrá un pediatra con un nivel básico de cuidados paliativos y que está encargado de liderar un equipo interdisciplinar para dar respuesta las necesidades que surjan.

Desde el Servet, por su parte, se centran en las labores de asesoramiento en coordinación con los servicios de atención primaria y atención especializada, ha explicado la doctora Caballero.

Por último, ha indicado que el 30 por ciento de los pacientes padecen enfermedades oncológicas, mientras que el resto sufre patologías "muy variadas", entre las que se incluye la perinatal.

Se dedican a cuidar, a intentar paliar el sufrimiento en niños y familias y también a acompañar en el duelo cuando se llega a esa fase de la enfermedad, ha concluido.

"Ver sufrir a un niño es sencillamente descorazonador. Ver sufrir a un niño en riesgo inminente de muerte es literalmente insoportable. Eso si no es tu hijo, si es tu hijo no sé cómo se puede llevar una situación personal de esa naturaleza", ha comenzado su declaración el presidente de Aragón, Javier Lambán, quien ha visitado las instalaciones.

Ha relatado cómo le "sobrecogió" un relato del escritor y periodista Sergio del Molino en el que contaba su experiencia personal con un hijo suyo que falleció.

Por tanto, si ya existía conciencia en el Gobierno de Aragón en la necesidad de acometer una iniciativa de esta naturaleza, además de la "conciencia" en el propio servicio de pediatría, a partir de esta lectura instó al consejero a proceder de manera "absolutamente inmediata", ha asegurado.

La puesta en marcha de esta unidad, ha proseguido, es una de esas cosas que hace sentir que se va "en la buena dirección" desde el punto de vista de la gobernanza del país, pero también desde el punto de vista personal.

Por su parte, el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, ha celebrado la puesta en marcha de esta unidad, que era un compromiso del Gobierno al tratarse de una carencia "clara", que ha contado con el "empuje" de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer en Aragón (Aspanoa), que ha colaborado en la formación del personal, de la Fundación La Caixa como entidad sin ánimo de lucro y del propio Lambán.

Ha confiado en que contribuya a mejorar la atención a los niños, algo cada vez más reclamado por la sociedad.

Celaya ha apuntado que la inversión, sin contar los salarios del personal, se reduce a los 55.000 euros para arreglar y acondicionar el espacio donde se coordina el trabajo en todo el territorio, situado en el hospital Materno-Infantil del Miguel Servet.