Las quejas y reclamaciones de interinos sobre la prueba de las oposiciones para Secundaria celebrada el pasado mes se han multiplicado respecto a procesos anteriores. Así lo admiten desde varios sindicatos, que aseguran que las protestas de este colectivo no paran de sucederse desde que, el pasado viernes, se publicaran las notas en el Servicio Provincial de Educación.

Las protestas se centran, principalmente, en las bajas calificaciones. "Es verdad que se están formulando muchas más reclamaciones. Tienen que ver con las calificaciones, aunque también las hay sobre algunas preguntas que luego han sido anuladas o errores en la formulación de cuestiones que, de momento, están siendo corregidas por los tribunales", indicaron desde un sindicato.

Pero el grueso de las quejas cuestiona los criterios de corrección y el alto número de suspensos y bajas calificaciones. "Está pasando muy poca gente a la segunda parte de la oposición aunque este fenómeno ya se dio el año pasado, cuando el sistema cambió y las pruebas pasaron a ser eliminatorias", explicaron desde otra organización sindical. La modificación conllevó, de este modo, que para acceder a la segunda parte del ejercicio --la programación didáctica y la defensa de la unidad didáctica-- los aspirantes debían aprobar el examen. En caso contrario, el proceso se acaba para ellos. "Antes aprobaba más gente y ahora las notas son más duras. Ahora menos de 100 opositores pasan a la siguiente fase cuando, antes, unas 400 aprobaban las oposiciones", resaltaron desde otro sindicato.

En todo caso, determinadas especialidades acumulan un mayor número de reclamaciones. Es el caso de Servicios a la comunidad, Inglés y en Filosofía, donde, según los sindicatos, las quejas se multiplican por la disparidad de las notas de los diferentes tribunales, es decir, algunos habrían puesto notas muy altas a quienes han pasado a la segunda parte y otros no habrían calificado más allá de un 6.

El caso es que el nuevo sistema acumula detractores, pero también cuenta con defensores. El supuesto endurecimiento de las calificaciones reduce considerablemente el número de aprobados, pero la gran mayoría de ellos obtendrá plaza cuando antes no era así. Para acceder ahora a la lista preferente --a la que acude la Administración para asignar vacantes-- se ha dado más relevancia a la nota sobre la experiencia.

"La arbitrariedad de los criterios de evaluación y la gran cantidad de suspensos y notas bajísimas parecen más una burla que una nota real", denunció un interino, que, además, cargó contra el formato del examen práctico. "Poco o nada tenía que ver con el que se había anunciado en la convocatoria de la oposición. Se lo sacaron de la manga sin avisar", aseguró.