La aplicación de las nuevas tecnologías a la neurocirugía ha permitido operar un 20% más los tumores cerebrales, que antes se encontraban en zonas consideradas prohibidas por su inaccesibilidad. Una de estas técnicas es la resonancia magnética intraoperatoria, que permite ver imágenes en tiempo real del lugar del cerebro que tiene la lesión o el tumor, y de la que ayer habló el doctor Peter Black, jefe de Neurocirugía en Harvard, en el XII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Neurocirugía que se celebra hasta hoy en el Auditorio de Zaragoza.

Peter Black, invitado de honor en dicha reunión, en la que participan más de 300 expertos, es pionero en el uso de este aparato, de los que hay 60 en el mundo, de ellos 10 en Europa y ninguno en España, debido a que se trata de una tecnología emergente de elevado coste.

Este neurocirujano explicó en rueda de prensa que cualquier persona puede sufrir un tumor cerebral sin previo aviso, de los que en general el 70 por ciento son malignos, y la intervención necesaria para su eliminación necesita "muchísimo cuidado" para no dejar traumatismos en el cerebro del paciente.

Para actuar con seguridad y extraer el tumor sin dejar graves secuelas, se empezó a utilizar la cirugía guiada, en la que este especialista es una máxima autoridad mundial, que consiste en sistemas de navegación como los GPS que ayudan a "viajar" por el cerebro. Sin embargo, la tecnología ha dado un paso más y, desde 1995, Black utiliza un sistema intraoperatorio, que permite ver imágenes del lugar de la operación en tiempo real.

También acudió a la cita el doctor Alid Benavid, uno de los mejores especialistas a nivel mundial en cirugía para tratar los trastornos del movimiento que provocan enfermedades como el párkinson. Él lideró la investigación de una técnica que ahora se desarrolla ya en hospitales como el Miguel Servet de Zaragoza y que consiste en la introducción de un electrodo en el cerebro que aplica una corriente a la zona del cerebro donde se originan los síntomas. De ese modo, la bloquea e impide que se produzcan los temblores.

Por otro lado, la consejera de Salud del Gobierno de Aragón, Luisa María Noeno, apostó ayer por la aplicación de la "telemedicina" en el futuro, para que los neurocirujanos puedan ponerse en contacto con el médico de Atención Primaria que va a seguir al paciente "o viceversa".

Noeno abogó por mejorar los sistemas de información, una apuesta "de mucha utilidad" para la que cuentan con un presupuesto de más de 80 millones de euros. Así, señaló que el empeño del Ejecutivo autonómico desde el 2006 es el de conectar todos los centros para poder poner a disposición del paciente y de cualquier profesional del sistema público todos los datos de laboratorio o imágenes digitales.