Los Fernández son un clan familiar zaragozano conocido por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón por sus negocios relacionados, principalmente, con el tráfico de drogas. Ayer, la matriarca, Ana; su esposo Carlos; su hija Sonia y su yerno Felipe se sentaron en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza acusados de distribuir cocaína desde hace dos años. La Policía les arrestó después de que uno de sus clientes les denunciara por coaccionarle para que les diera su coche (un Citroën Picasso) a cambio de un gramo y medio de cocaína, aprovechándose de su grave adicción.

Todos ellos admitieron los hechos ante los magistrados de la Sección Tercera del tribunal provincial, a la vez que su abogada defensora, Olga Oseira, presentó ante la Fiscalía varios informes de drogadicción de cara a rebajar la condena inicial de cinco años a la que se enfrentaban. Finalmente, Ana y su marido Carlos Fernández aceptaron una pena de tres años y su hija y yerno, Sonia y Felipe, un año y seis meses de privación de libertad. Al tener los antecedentes cancelados no ingresarán en la cárcel.

Más allá del testimonio del hombre coaccionado, la Policía tenía sólidas pruebas en su contra. En su casa hallaron 30, 7 gramos de cocaína con una riqueza del 76,13% y otras quince bolsitas (5 gramos en cada una) con la misma sustancia, listas para vender, toda por un valor de 1.100 euros. Cuando lo descubrieron, Sonia Fernández dijo que era para su consumo. La Policía Nacional señaló que ninguno de los procesados tiene trabajo.