El barrio de Valdespartera reforzará a partir del próximo año su reducida oferta de equipamientos deportivos con una nueva instalación que ocupará el solar situado junto al colegio Valdespartera I, ubicado entre las calles Belle epoque y Volver a empezar.

El impulso de la junta de distrito y la asociación de padres y madres de alumnos del centro educativo, en colaboración con Zaragoza Deporte, ha permitido ganar un lugar de recreo para los más jóvenes del barrio. Se trata de una explanada de cemento, vallada, que desde hacía meses permanecía vacía y que anteriormente había sido utilizada por la Unión Temporal de Empresas (UTE) del Tranvía.

"Será un espacio que estará abierto a todos los vecinos, no solo a los alumnos del centro educativo", explicó la presidenta de la junta de distrito de Casablanca y concejala, Leticia Crespo. Allí ya han entrado a trabajar las máquinas para construir una instalación que se compondrá de una pista de patinaje y otra funcional para voleibol y bádminton, un campo de fútbol de reducidas dimensiones construido con materiales especiales para niños de entre 3 y 6 años y una zona protegida por una pérgola en la que se podrán practicar juegos tradicionales. Rodeando estos espacios independientes habrá una pista de atletismo.

En el diseño y elección de los diferentes elementos ha participado el AMPA del colegio. "Allí se programarán muchas de las actividades extraescolares del Valdespartera I para paliar en cierta manera la escasez de servicios públicos con que cuenta este barrio", puntualizó Crespo. Valdespartera hasta ahora solo contaba con un potrero entre las calles Quimera del oro y Ciudadano Kane. Un campo de fútbol 7 de arena y sin iluminar, insuficiente para los vecinos.

Por otra parte, el pleno del ayuntamiento aprobó el pasado viernes la adjudicación de las obras para adecuar el local en el que se abrirá la tan demandada biblioteca pública. La obra cuenta con un presupuesto de más de 100.000 euros y, tras numerosos retrasos, se espera que esté lista para finales de este año.

Esta instalación sale adelante gracias a un convenio firmado con el Patronato de Educación y Bibliotecas por el cual Zaragoza Vivienda cede el local durante una década a cambio de un alquiler de casi 12.000 euros anuales.