La Unidad de Coloproctología del hospital Clínico de Zaragoza ha introducido un nuevo método para disminuir la incidencia de fugas intestinales en los pacientes sometidos a anastomosis o uniones quirúrgicas colorrectales. De este modo, se ha generalizado el uso de un colorante verde (ICG) que permite identificar las suturas mal irrigadas, lo que permite reconstruir dicha conexión quirúrgica cuando la adquisición del colorante no sea la esperada. Para ello, el Clínico ha incorporado un equipo laparoscópico específico, con imagen de alta definición y un filtro especial, para la visualización de este colorante.

Una vez realizada la sutura digestiva se lleva a cabo un segundo chequeo mediante una nueva infusión del ICG con la finalidad de verificar cómo se difunde por toda la sutura, lo que indica la correcta vascularización de la anastomosis, según informó ayer el Departamento de Sanidad.

El cáncer colorrectal es altamente prevalente y de la calidad de esta sutura depende en gran parte la evolución postoperatoria del paciente. El nuevo método permite actuar de forma más objetiva y precisa. Además, el ICG es un colorante de baja toxicidad y de buena tolerancia, que ha demostrado una elevada efectividad aportando una mayor seguridad para estos pacientes. Su aplicación en el Clínico y su uso rutinario dentro de la Unidad de Coloproctología, la cirugía laparoscópica programada del colon y recto se debe al trabajo de los doctores Aguilella, Córdoba y Elia, quienes iniciaron el procedimiento en Zaragoza.

El ICG tiene otras muchas utilidades: cirugía resectiva esofágica y gástrica; determinación del ganglio centinela en cáncer de endometrio, cérvix, colon y mama o detección de metástasis peritoneales en cirugía citoreductora de la carcinomatosis peritoneal. Además, este colorante permite establecer un mapa anatómico de la vía biliar muy útil para detectar alteraciones anatómicas, entre otros.